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Reportaje:

El discreto gobierno de Xabi Alonso

El centrocampista es el hombre más respetado por Mourinho y el vestuario del Madrid

Diego Torres

El encanto de Don Draper, el protagonista de la serie Mad Men, reside en su capacidad para exponerse continuamente sin revelar su misterio. Como dice Harry Crane, uno de sus compañeros: "¿Draper? ¿Quién sabe algo de ese tío? Podría ser Batman y no nos hemos enterado".

Don Draper es uno de los personajes de ficción favoritos de Xabi Alonso. El mediocentro es aficionado a las series de televisión. Uno de sus pasatiempos en las concentraciones consiste en devorar capítulos de Mad Men en su ordenador portátil. No se sabe si esto ha tenido algún efecto sobre el jugador. Lo que parece cada día más evidente es que se ha apropiado del juego del Madrid con el apetito sigiloso de su héroe.

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El partido contra el Deportivo fue una exhibición de su influencia. Brillaron los delanteros, pero el que los abasteció fue Xabi. Dos toques sirvieron para dejar su sello. En el primero, en el pase que abrió la jugada del segundo gol, aplicó un martillazo seco que rompió la presión del Depor, cuando Tomás y Saúl lo apretaban, y mandó la pelota a 30 metros, a los delanteros. El segundo fue un pase de primera que habilitó a Higuaín con varios metros de ventaja para que centrara a Di María en el tercer gol.

A los 28 años, Xabi conoce el procedimiento. Ha ido ocupando inexorablemente el centro de la escena de los equipos en los que ha jugado. Lo ha hecho con sigilo y firmeza. Primero en la Real, luego en el club más temperamental de Inglaterra, el Liverpool; después en la selección campeona del mundo y ahora en el Madrid, en el que sus compañeros le reconocen como el líder del vestuario y el auténtico brazo derecho de Mourinho en el campo.

Quien más, quien menos, todos los jugadores tienen cuentas pendientes. Con Xabi es distinto. Si las tienen, no se saben. Sus compañeros le respetan porque les ofrece soluciones y porque, a pesar de su experiencia, no parece reclamar poder. No genera divisiones. No es sospechoso de maquinar a espaldas de nadie, ni compite por el mejor sueldo ni por ser el más famoso. Habla poco, pero le escuchan. En la caseta y fuera de ella.

"La selección tiene un estilo más de toque", dijo ante las críticas al fútbol del Madrid; "nuestro juego es más vertical, pero eso también tiene su público. Yo, personalmente, disfruto".

Mourinho ha elegido a Xabi como quien elige la mejor herramienta para hacer la obra. No hay otro jugador con el que se comunique más durante los partidos. El técnico somatiza cada gesto del mediocentro. Interpreta cada señal. Entre los dos manejan un lenguaje. La situación no es nueva. En la selección, Del Bosque le trata igual. En el Liverpool, Benítez hacía de cada partido un discurso a Xabi.

Mourinho nunca tuvo que defenderle en público. Habló de Cristiano, de Pedro León, de Higuaín, de Özil, de Canales, de "los intocables" y de los que deben "aprender" y "crecer".

Mourinho nunca habla de su jugador más útil. Del que más campo recorre: más de 10 kilómetros de media por partido. Del que participa en más jugadas: 350. Del que más veces se interpone a los regateadores contrarios para proteger su defensa: 30. Del que más pases dio: 462. Del que más balones recuperó, después de Sergio Ramos: 60.

El Madrid de Mourinho pertenece, discretamente, al seguidor de Don Draper.

José Mourinho da instrucciones a Xabi Alonso en el encuentro contra el Deportivo.
José Mourinho da instrucciones a Xabi Alonso en el encuentro contra el Deportivo.GETTY

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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