"No me planteo volver. Hay bajos salarios y oportunidades limitadas"
Son jóvenes y ven la jubilación lejana. Pero la mayoría la imaginan en España. Incluso entre quienes están a gusto en el extranjero y no se plantean volver a medio plazo. Porque muchos de los jóvenes cualificados que decidieron hacer las maletas y emigrar no tienen en su agenda la opción del retorno. "Los salarios son bajos, las oportunidades limitadas, apenas hay empresas importantes. De momento no me planteo volver y si lo hiciese sería para montar algo por mi cuenta", sintetiza José Florido, que desde hace tres años trabaja para Google en Zúrich.
Florido, de 29 años, es compañero de trabajo de su mujer, Ana Belén Ramón, de 28. Son una pareja de autodidactas que fueron creando sus propios proyectos en Internet y acabaron en una de las mayores empresas del mundo. Están preparando su mudanza para San Francisco, donde trabajarán en la central de Google en unos pocos días. Están a gusto así. Tanto, que tienen pensado formar su familia en Estados Unidos.
El ejemplo de José y Ana es el del nuevo perfil de emigrantes de la rama tecnológica, que se está sumando a la sanitaria y a la científica. Algo parecido sucede con arquitectos e ingenieros, que ven cómo, tras la caída de la construcción, sólo encuentran trabajos precarios con condiciones muy por debajo de sus expectativas.
Es el caso de Pablo Domingo, de 28 años. Tras quedarse sin empleo hace diez meses, decidió buscarse la vida con una beca Leonardo -el becario busca la empresa y el Estado paga- en Amsterdam. La encontró en un estudio de arquitectura y está encantado. Falta poco para que terminen los seis meses de beca, pero muy probablemente será contratado: "Aquí te dejan más responsabilidad. Si consiguiese un trabajo de estas características en España, o no cobraría o estaría en condiciones precarias como falso autónomo, o trabajando muchas más horas que aquí".
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