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El Nobel alternativo se ríe del sexo de los vampiros y de los banqueros de la crisis

Para ganar un IgNobel, el premio Nobel alternativo, no basta con tener una idea disparatada, hay que trabajar en ella, investigarla. Este año destacan en el palmarés un estudio que afirma demostrar que La felación entre los vampiros de la fruta prolonga su tiempo de cópula (galardón en Biología) y un método para limpiar los mocos a las ballenas mediante un helicóptero de control remoto (Ingeniería). En este escenario de humor no podía faltar este año una distinción (la de Economía) para los banqueros, incluidos los de Lehman Brothers, por "crear y estimular nuevas vías de invertir dinero, vías que maximizan las ganancias y minimizan los riesgos financieros en la economía mundial, o para una parte de la misma", como indica el acta de premios con mucha ironía.

Los IgNobel, que celebran su 20 edición, se conceden anualmente por la revista Anales de Investigación Improbable y se entregan en prestigiosa Universidad de Harvard (EE UU) en una ceremonia llena de bromas. El objetivo es "honrar los logros que hacen que la gente primero se ría y luego piense", dice el padre de la idea, Marc Abrahams.

Cinco premios Nobel de verdad, de los de Estocolmo y Oslo, han participado este año en el acto, y ocho de los diez distinguidos con el IgNobel han acudido a la gala.

El palmarés de 2010 no tiene desperdicio. Además de los vampiros (a un grupo chino-británico), las ballenas (investigadores de México y Reino Unido) y los banqueros, ha recibido el IgNobel 2010 en Medicina un científico holandés por descubrir que los síntomas del asma se pueden tratar montando en una montaña rusa. El de Transporte destaca el uso de un moho mucilaginoso para determinar las rutas óptimas del trazado de la red ferroviaria y va a un equipo británico-japonés.

El galardón de Física honra a unos neozelandeses por la demostración de que en invierno, al caminar por senderos helados, la gente resbala y se cae menos si llevan los calcetines por fuera de su calzado. El de la Paz se lo llevan unos británicos por confirmar la creencia generalizada de que maldecir alivia el dolor. El de Salud Pública destaca a unos estadounidenses que han determinado experimentalmente la escalada de los microbios por la barba de científicos que la llevan, y el de Química, por mostrar que no es cierta la vieja creencia de que el agua y el aceite no se mezclan, se lo lleva a un grupo de EE UU dedicado a la modelización de fugas de pozos petrolíferos.

El IgNobel de Gestión se ha concedido a unos italianos que han demostrado matemáticamente que las organizaciones serían más eficaces si promocionaran a sus empleados al azar.

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