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Reportaje:

Se busca a una policía

Los padres del niño que murió en el hospital 12 de Octubre buscan como testigo a una agente que atendió al menor tras precipitarse por una valla rota

F. Javier Barroso

"Lo que queremos es que no vuelva a ocurrir nada igual y que se haga justicia con los responsables de lo ocurrido". Así de rotundo se mostró ayer a la salida de los juzgados de plaza de Castilla, Eusebio Ortega, el vecino de Pinto. Su hijo de 22 meses murió el martes, dos días después de colarse por una valla del hospital 12 de Octubre a la que le faltaba un barrote. El pequeño cayó al vacío desde una altura de unos 10 metros. Los familiares buscan ahora a una agente del Cuerpo Nacional de Policía que atendió al menor instantes después del accidente.

La dramática historia comienza a las 18.30 del pasado domingo. El pequeño fue junto con sus padres y su hermano, de cinco años, a ver a su abuelo, que sufre una enfermedad terminal. Este bajó con su silla de ruedas para ver a sus nietos mientras jugaban en uno de los accesos al edificio principal. "Yo estaba justo a su lado. En un momento vi cómo se colaba por un hueco que había en la valla. Me dio tiempo a ver todo lo que ocurría perfectamente. Se precipitó de lado pero, según caía, se fue dando la vuelta y chocó con la cabeza", explica el padre con una tranquilidad sobrecogedora.

"Lo peor es que el barrote fue reparado al poco del accidente"

Eusebio Ortega bajó de inmediato a la planta por la rampa y se metió por una ladera hasta que llegó al sitio donde cayó su hijo. "Ya ni respiraba ni se movía ni nada", relata. Le cogió en brazos y se fue a urgencias. No podía salir de la zona con el pequeño. En ese momento llegó una policía nacional y le ayudó. "Era una mujer alta, delgada, joven y que llevaba coleta", recuerda el padre del pequeño. Ahora la buscan porque para ellos es una testigo principal del caso.

El pequeño ingresó en las urgencias generales del hospital. Su padre no paraba de gritar pidiendo auxilio. Hubo quien le preguntó por qué le llevaban allí. Tuvieron que explicar que se acababa de producir ese accidente. Los médicos le reanimaron y le llevaron por los pasillos internos del centro hasta el edificio de Maternidad. El niño ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). "El martes por la mañana, le hicieron una prueba y comprobaron que sufría muerte cerebral", añade la madre, Beatriz Sánchez. Sus familiares donaron todos los órganos.

"Lo que más me duele es que el barrote fue reparado al poco del accidente. Esa misma tarde, colocaron el barrote, el sexto por el comienzo. Incluso lo pintaron para que no se viera el fallo que habían cometido", añade el padre, que se siente muy dolido con la dirección del hospital. "Estoy muy agradecido con todo el personal que ha atendido a mi hijo. Eso sí, todavía no he recibido ni el pésame de los responsables del hospital. Ni una simple llamada", protesta Ortega.

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Una portavoz del centro asegura que, desde el primer momento, los responsables del hospital se pusieron a disposición de la familia Ortega y le ofrecieron todo tipo de ayuda. La portavoz reconoció que se trataba de un accidente "muy desagraciado" y que el personal estaba muy afectado por lo ocurrido. "Desde luego que arreglamos el barrote después de que se produjera el accidente. No vamos a permitir que ocurra algo similar", añadió la portavoz.

Los padres han contactado con la asociación El Defensor del Paciente, cuyo letrado, Carlos Sardinero, se personó ayer en la causa. "Hemos pedido que se remitan al juzgado las imágenes de las cámaras de seguridad del momento en el que se produjo la caída", reconoce el letrado.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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