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El mejor 'monteverdi' abre la temporada lírica del Arriaga

Sagi resalta la vigencia de "una historia de sexo y poder"

Durante el prólogo de L'incoronazione di Poppea, dos divinidades, Fortuna y Virtud, entablan una discusión sobre quién ejerce más influencia sobre el destino de los hombres. La disputa queda zanjada cuando la diosa Amor aparece en escena y hace evidente su superioridad. Planteando cuestiones que no han perdido vigencia con el paso del tiempo, la obra de Claudio Monteverdi (1567-1643), figura que marcó la transición musical entre el Renacimiento y el Barroco, se convirtió en una de las primeras óperas estrenadas en un teatro con público pagando su entrada, fuera de los salones aristocráticos. Monteverdi escribió la que se considera primera ópera de la historia, L'Orfeo, estrenada en 1607. Poppea es su última ópera y uno de sus mejores trabajos.

El Teatro Arriaga abre hoy su temporada lírica con la opera que relata el ascenso hasta el trono de la segunda mujer del emperador romano Nerón. El montaje nace de la colaboración del teatro bilbaíno con la Ópera de Oviedo, el Teatro Villamarta de Jerez y el Calderón de Valladolid. Amparada por una diosa Amor que no distingue entre el bien y el mal, nada se interpondrá entre Poppea y sus ambiciones. Sin escrúpulos, incluso conseguirá que el déspota ordene la muerte del filósofo Séneca para llegar a su ansiada cima.

"Esta es una historia de sexo y poder; por eso es algo muy actual", explicó el director de escena y responsable artístico del Arriaga, Emilio Sagi. Por ello, ha optado por dar un sabor contemporáneo a la obra y alejarse en la forma de la Roma antigua. La diseñadora y arquitecta Patricia Urquiola es responable de la escenografía. "La ópera se puede enriquecer con otras disciplinas e incursiones interesantes", explicó Sagi, elogiando la labor de la prestigiosa creadora asturiana, afincada en Milán.

El montaje recala en Bilbao tras su estreno en Oviedo el pasado septiembre. "Fue un éxito allí y espero que aquí también lo sea", afirmó Sagi, quien destacó la necesidad de realizar creaciones propias para que un teatro como el Arriaga tenga "personalidad y esté en el ranking europeo". El director musical de la obra, el estadounidense Kenneth Weiss, destacó el reto que supuso reconstruir una orquesta del siglo XVII.

Sabina Puértolas y Max Emanuel Cencic, como Poppea y Nerón, respectivamente encabezan el reparto de 17 cantantes.

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