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EL PARO GENERAL DEL 29-S

La división sindical desinfla la huelga

La segunda convocatoria en tres meses se reduce de nuevo a zonas industriales - UGT y CC OO reconocen que "la huida 'abertzale" ha condicionado el resultado

Dos huelgas generales en tres meses contra la reforma laboral de Zapatero han servido básicamente para constatar un hecho que ya se sabía antes de convocarlas: el calado de la división sindical en Euskadi. Ni las centrales nacionalistas, con ELA y LAB a la cabeza, el 29 de junio, ni CC OO y UGT ayer, pese a contar a su favor con el efecto rebote de la movilización de sus líderes nacionales, se han acercado siquiera a su intención de paralizar Euskadi. De nuevo, la protesta fue visible casi en exclusiva en la industria, con un seguimiento muy desigual por sectores y comarcas, mientras la vida ciudadana se veía apenas alterada por la reducción del transporte público, que en la mayoría de los casos circuló por encima de los servicios mínimos fijados.

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Ambas huelgas han dibujado el mapa de sus convocantes: si ELA y LAB lograron en la suya un mayor seguimiento en Guipúzcoa, donde suman más del 70% de los delegados sindicales, los dos sindicatos de ayer centraban la "respuesta masiva" en zonas de Vizcaya, en especial la Margen Izquierda, y particularmente en Álava. Si en el conjunto de Euskadi CC OO y UGT suman el 33% de los más de 20.000 delegados sindicales ese porcentaje sube en Álava ocho puntos y cuatro en Vizcaya.

El peso de la mayoría sindical nacionalista se evidencia en que, con todo, su convocatoria tuvo mayor seguimiento, según los datos del Ejecutivo, las patronales y los respectivos convocantes. Hace tres meses, eso sí, CC OO también llamó al paro en Euskadi. La patronal, por ejemplo, que ayer desdeñó el resultado como "prácticamente nulo", reconocía en junio un respaldo en la industria entre el 18% en Álava y el 25% en Guipúzcoa.

El Gobierno consideró al Metal, en plena polémica en Guipúzcoa, el sector más "fiel" a la huelga, con un 10% de seguimiento medio. En las empresas privadas, según sus cifras, osciló entre la irrelevancia y el 60%, pico al que llegó La Naval de Sestao. En Osakidetza, los colegios públicos y privados o la Administración General no se pasó, incluso, del 3%.

Las centrales no realizaron un desglose completo de datos de seguimiento, aunque detallaron los de algunos sectores, todos ellos multiplicando por varios dígitos los oficiales. El secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado, cifró el apoyo general a la protesta en un 40%, lo que supone 31 puntos menos que el porcentaje ofrecido por los convocantes para el conjunto de España.

Su homólogo de CCOO-Euskadi, Unai Sordo, que compartía con Casado pancarta y cabecera en la manifestación de Bilbao, reconocía el impacto que han tenido las dos convocatorias: si la huelga nacional era "un éxito rotundo", en Euskadi su valoración se limitaba a "positiva". "El contexto de esta huelga era complicado, con una huida de los sindicatos abertzales y de que esto iba a condicionar el resultado", agregó, informa Karim Asry.

Un dato no sometido a la guerra de cifras habitual en estas ocasiones es el del consumo eléctrico: a las dos de la tarde de ayer bajaba un 14% con respecto a la misma hora del martes, según fuentes de Iberdrola. En el caso de la protesta de junio ese descenso llegó al 25%. La industria supone el 60% de todo el consumo eléctrico de Euskadi.

El escaso eco de la doble convocatoria -una situación que solo se ha dado en Euskadi y Navarra- ha servido a la patronal para reforzar su argumentario. Confebask, que redujo el seguimiento a un testimonial 3,91% en el mejor caso (el alavés), no se resistió en el comunicado que difundió a media mañana a contraponer la "responsabilidad y realismo" con que los trabajadores se enfrentan a la crisis con unas huelgas que resultan "tan perjudiciales como inoportunas".

Y, al igual que hace tres meses, la fotografía de una Euskadi en huelga se limitó a las primeras horas de la mañana, mientras los piquetes recorrían los polígonos industriales y las calles céntricas, antes de las manifestaciones del mediodía, que reunieron en las tres capitales a varios miles de personas. Para el final de la mañana, ayer era un miércoles más, eso sí, con más octavillas en el suelo.

Varios <b><i>ertzainas</b></i> vigilan en la mañana de ayer la entrada del principal centro de El Corte Inglés en Bilbao.
Varios ertzainas vigilan en la mañana de ayer la entrada del principal centro de El Corte Inglés en Bilbao.SANTOS CIRILO

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