Industria y transporte apenas se resienten
A diferencia de lo ocurrido en la protesta de ELA y LAB en junio, que se saldó con tres detenidos, la huelga de UGT y CC OO no conllevó ayer ningún arresto, según Interior. Sí hubo tres imputados -dos en Bilbao y uno en Vitoria- por falta de respeto a agentes de la autoridad. Esta fue la situación en los principales sectores.
INDUSTRIA Producción casi normal
A las ocho de la mañana, un desfile de trabajadores se dirigía a la sede central de Fagor en Mondragón. Parecía un día cualquiera. "Aquí estamos trabajando normal", explicaba el operario de la portería. En la corporación Mondragón, el principal grupo industrial vasco, el respaldo a la huelga fue irrelevante, a diferencia de lo sucedido en la convocatoria de los sindicatos nacionalistas en junio, cuando el índice de seguimiento resultó notablemente superior.
Responsables de CAF, en Beasain, de la planta Mercedes en Vitoria o de Michelin en Lasarte aseguraron a primera hora que la producción no se estaba viendo afectada, aunque Mercedestuvo que parar por la tarde, pero por falta de proveedores. La factoría de Sidenor de Basauri tampoco notó demasiado el paro sindical. En los polígonos industriales de Hernani, Astigarraga o Martutene (San Sebastián), la gran mayoría de talleres y fábricas iniciaron su actividad sin problemas.
A mediodía, el Gobierno, la patronal y los sindicatos convocantes fueron dando pormenores sobre la incidencia y ofrecieron conclusiones y datos muy dispares de una misma realidad. CC OO y UGT admitieron que la movilización tuvo una repercusión mayor en Álava y Vizcaya que en Guipúzcoa, y cifraron en un 40% el respaldo.
Las centrales aseguraron que el polígono alavés de Júndiz permaneció prácticamente paralizado, con especial incidencia en Mercedes y Sidenor. En la Margen Izquierda, según CC OO, pararon empresas como Nervacero, Astilleros Zamacona, ABB o Alstom, mientras que en ACB o La Naval trabajó la mitad de la plantilla. En Guipúzcoa, donde la convocatoria pasó más desapercibida, el paro no fue más allá del 25%. Los sindicatos indicaron que se llegó al 50% de inactividad en la industria donostiarra.La patronal Confebask ofreció un mapa diametralmente opuesto al de los convocantes. Consideró "puramente testimonial" el respaldo a la movilización, que fijó en un 3,9% en Álava, el 3% en Vizcaya y el 1% en Guipúzcoa. La viceconsejera de Trabajo, Sonia Pérez, daban cuenta de que la industria fue el sector más afectado por la huelga, siendo en todo caso muy reducida su repercusión. La incidencia en el sector del Metal llegó al 10% y subió hasta el 60% en La Naval. La Federación de Empresa del Metal de Vizcaya, que agrupa a empresas que suman más de 10.000 empleados, sostuvo que el 96,1% de ellos acudió a sus puestos de trabajo.
TRANSPORTE Colas en el metro
El transporte público resultó uno de los termómetros de la escasa incidencia del paro de ayer. Autobuses, trenes y metro funcionaron de forma mayorita por encima del 30% de los servicios mínimos fijados por el Gobierno. El metro de Bilbao, donde se concentran a diario la mitad de todos los tránsitos en medios públicos en Euskadi, trabajó con bastante normalidad a primeras horas de la mañana, aunque con frecuencias de cinco minutos en las estaciones de Bilbao en vez de los 2,5 habituales.
La dirección del metro cifró en un 60% los tránsitos ofrecidos, el doble del 30% de mínimos. Hasta el mediodía, se registró un 30% menos de viajeros respecto a una jornada normal, aunque con vagones abarrotados, especialmente en la hora punta. Los problemas se acrecentaron a la hora de la comida. "Ha venido más gente, que por la mañana optó por otro medio, pensando que la situación estaba bastante normalizada", afirmaron fuentes de Metro Bilbao. La consecuencia fueron grandes aglomeraciones en los andenes y trenes llenos. "El metro a Santurtzi ha estado 10 minutos parado. Con la cantidad de gente, una puerta se ha atascado", relataba una joven a las dos de la tarde.
Las aglomeraciones y los retrasos en el metro se prolongaron más de tres horas, según varios usuarios, aunque la compañía sostuvo que para las cuatro de la tarde la situación se fue normalizando. "La gente quería meterse en el vagón a toda costa, porque si esperabas al siguiente te podías encontrar con lo mismo", afirmó otro viajero.
En Vizcaya, los Cercanías de Renfe funcionaron con el 30% de los servicios mínimos y las quejas también se sucedieron a mediodía. "Tenía que esperar dos horas para coger el tren en la estación [del barrio bilbaíno] de Zorroza, cuando cualquier día pasan cada 10 minutos", afirmaba un joven frente a la estación central de Abando.
Los autobuses circularon con casi total normalidad, tanto en la comunicación de las tres capitales como en los servicios interurbanos de cada territorio. Sí hubo menos frecuencias en la zona de Tolosa y Andoain y en las líneas de Bilbao hacia la Margen Izquierda. En la estación central de Bilbao, Termibus, todas las compañías funcionaron al 100% excepto la del grupo Alsa, que une, por ejemplo, Bilbao y Madrid, con unos servicios mínimos del 30%. Los autocares de la capital vizcaína, Bilbobus, sumaron más de un 75% de sus viajes ordinarios, según la dirección, y poco más del 50%, según UGT.
Las líneas de Euskotren en Vizcaya y Guipúzcoa prestaron el 80% del servicio habitual, según la compañía ferroviaria. Los tranvías de Bilbao y Vitoria apenas variaron su oferta: el de la capital vizcaína llegó al 85% y el vitoriano, al 100%, aseguró EuskoTran. En el aeropuerto de Loiu, el único que prestó servicios para apasajeros ayer en el País Vasco, se cumplieron los servicios mínimos del 25%. Los piquetes trataron de dificultar el acceso de los trabajadores a primera hora de la mañana, pero no se registraron incidentes. Aunque los vuelos cancelados se habían desprogramado hasta dos días antes, algunas aerolíneas no informaron a sus clientes. "Tengo que volar a Liverpool y voy a perder dos días de trabajo", lamentaba una viajera.
En Hondarribia, las operadoras anularon las 24 conexiones con Madrid y Barcelona. En Foronda se cancelaron los dos enlaces con Madrid, pero se mantuvo el transporte de mercancías. La circulación en las carreteras no registró mayores problemas.
SANIDAD Un 1% de paro
En los hospitales y centros de salud vascos, la actividad fue similar a los días laborables. Según los datos ofrecidos por el Departamento de Sanidad, tan sólo un 1,27% de los trabajadores de Osakidetza respaldaron la protesta. El mayor porcentaje se concentró en los centros de salud médica extrahospitalaria de Vizcaya, con un 5,28% de la plantilla en paro. Entre los hospitales, el de Cruces fue en el que más respaldo obtuvo el paro, con el 2,63%. "Nos han atendido como siempre y nos han hecho todas las pruebas que tenían previstas", afirmaba un matrimonio de avanzada edad al salir de Cruces.
Una auxiliar de enfermería del mismo centro explicó que los profesionales no entendían bien una huelga ahora: "Esto había que haberlo hecho hace mucho". En Txagorritxu, en Vitoria, solo se llegó al 1,01% de respaldo. Los sindicatos se justificaron en unos servicios mínimos "excesivos" y la obligación que tenían de cubrir el 100% de las urgencias.
EDUCACIÓN Nulo efecto
Sin problemas, sin puertas cerradas, sin padres desorientados porque faltan profesores. En los colegios, hubo un respaldo del 2% en la red pública y el 1% en la concertada. Ni Educación ni los sindicatos informaron de incidentes. EL PAÍS contactó con 20 centros, diez en Álava y diez en Vizcaya, que corroboraron la normalidad. Kristau Eskola, la patronal que cuenta con 145 centros que suman un tercio del alumnado de la concertada, subrayó que la huelga tuvo efectos "prácticamente nulos".
Lo más destacable ocurrió en el campus de Leioa de la UPV, donde un piquete informativo ralentizó brevemente la entrada. En la UPV, el 14,89% del personal de administración y servicios secundó la huelga. No se ofrecieron datos del personal docente investigador.
COMERCIO Apertura generalizada
Los comercios apenas tuvieron que bajar la persiana momentáneamente mientras los piquetes hacían una parada frente a sus puertas. La Ertzaintza se limitó a acompañar a los manifestantes sin apenas intervenir. "Hemos dado instrucciones que todo se haga con educación y civismo", explicaba un miembro de la ejecutiva de UGT-Euskadi.
Tan poca tensión había que, por ejemplo, algunos de los 200 integrantes de un piquete que protestaban en las puertas del principal centro de El Corte Inglés de Bilbao se sacaban fotos de recuerdo con los agentes encargados de vigilarles. Mientras, una veintena de trabajadores esperaba a que los huelguistas llevaran su protesta a otro sitio para entrar a trabajar. "No creo ni en la huelga ni en los sindicatos", explicaba Maria, dependiente de 29 años con contrato fijo. A las diez de la mañana, el centro comercial abrió con los agentes protegiendo la puerta, los sindicatos pitaron a la primera clienta y siguieron sin más su camino por la Gran Vía. Eroski abrió sus principales establecimientos sin problemas.
En el Casco Viejo bilbaíno la normalidad fue la tónica general. Casi no hubo piquetes, confirmó Jon Aldeiturriaga, gerente de la Asociación de Comerciantes de la zona. "Apenas han puesto un par de pegatinas. Hubo menos gente en la calle, en parte por los transportes, y eso incidió en que hubiese menos negocio que en un día normal", añadió.
San Sebastián y Vitoria siguieron la misma línea. Hubo un conato de incidente en el mercado de la Bretxa enseguida desactivado por su gerente. Si no fuera por el rastro de papeles y pegatinas dejado por los manifestantes, nada indicaba que el de ayer fuese un día de huelga general.
[EITB mantuvo con total normalidad sus emisiones y los periódicos llegaron a los quioscos].
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