Filipe Luis y poco más
El Atlético se complica frente al Zaragoza , ante el que debutó el lateral y se autoexpulsó Reyes
Un Atlético más fiable que bonito, sereno y estrambótico a partes iguales y con el regusto temerario que hasta hace pocas lunas le caracterizó, aprovechó de aquella manera la visita del chollo de la Liga, el colista Zaragoza, para cumplir el trámite mientras presentaba en sociedad a Filipe Luis. El debut tras varios meses de puesta a punto del carrilero de largo recorrido que en su momento pretendió el mismísimo Barcelona, y el gol de Diego Costa, un meritorio que por fin vio puerta tras dos partidos y medio ocupando el puesto del Kun, que se dejó ver un ratito, fueron la mejor noticia para la escuadra del Manzanares, que solo como ella sabe se complicó una noche que se desarrollaba intrascendente.
ATLÉTICO 1 - ZARAGOZA 0
Atlético: De Gea; Perea, Godín, Domínguez, Filipe Luis; Reyes, Assunção, Tiago (Mario Suárez, m. 63), Simão; Diego Costa (Valera, m. 81) y Forlán (Agüero, m. 75). No utilizados: Joel; Antonio López, Raúl García y Fran Mérida.
Zaragoza: Leo Franco (Doblas, m. 25); Lanzaro (Bertolo, m. 66), Jarosik, Contini, Obradovic; Gabi, Kevin (Sinama Pongolle, m. 46); Ponzio, Ander Herrera, Lafita; y Marco Pérez. No utilizados: Pinter; Jorge López, Boutahar y Braulio.
Gol: 1-0. M. 21. Diego Costa empuja a la red una asistencia de Filipe Luis.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó (m. 60) directamente a Reyes. Amonestó a Ponzio, Perea, Tiago, Lanzaro, Assunção, Domínguez, De Gea, Agüero, Valera y Contini.
Unos 50.000 espectadores en el Calderón.
Así discurría la jornada, plácida y adormilada, con el Atlético cubriendo el expediente y el Zaragoza dando palos de ciego, hasta que en un plis plas la alborotaron la estrechez arbitral y la falta de cabeza de Reyes. Revolucionado por el exceso de vista de Muñiz Fernández, que entendió como cesión un puntapié de Tiago a la pelota que Godín dejó pasar con buen criterio y terminó en los guantes de De Gea, el extremo andaluz se desquitó empujando a Contini, que le veía venir y le dejó la espalda como reclamo. Reyes, tan exquisito como asilvestrado, picó el anzuelo y vio la roja por quinta vez en la Liga, la cuarta con el escudo colchonero.
Pese al conato de incendio, la sangre no llegó al Manzanares por la falta de juego y de puntería del Zaragoza, entregado en un acto de fe sin parangón a Sinama Pongolle. El delantero ex rojiblanco, al que el conjunto de Gay repescó tras su anodino paso por el Sporting de Lisboa, no aprovechó por dos veces el libre indirecto que le sirvió en bandeja el colegiado a la vuelta del descanso. Fue la mejor ocasión, con diferencia, del equipo maño, que probó desde lejos y con cuentagotas los reflejos de De Gea, que siempre está cuando le buscan.
Tan contundente en la defensa como impreciso en el apartado ofensivo, el Atlético sufrió en la creación con un Tiago fuera de tono y que llora por las esquinas la marcha de Jurado. Imprescindible el curso pasado, en el que no se perdió ningún partido, el traspaso del mediapunta al Schalke ha trastocado la línea media más de lo esperado porque Fran Mérida y Mario Suárez no terminan de arrancar y obligan al grupo a reinventarse sobre la marcha. Tras probar sin éxito a Tiago de enganche en Tesalónica, Quique solo aguantó una hora en el tapete al centrocampista portugués, uno de sus preferidos, de pivote con Assunção, el tiempo que tardó el Zaragoza, el último de la fila, en sacudirse los complejos.
Hasta que Herrera y Lafita dieron un paso al frente, al cuadro colchonero, sobrio en la primera mitad y disperso en la segunda, le bastó con plantarse en el campo y esperar alguna calamidad de su rival. La condena del conjunto aragonés, con una defensa de postín, no se hizo esperar. Jarosik, un peso pesado al que las piernas pesaban una arroba, perdió una cabalgada por la banda con Filipe Luis, al que sacaba varios cuerpos de ventaja. La asistencia del lateral brasileño le llegó perfecta a Diego Costa, que, dentro del área pequeña, solo tuvo que embocar a la red. Tras su peregrinaje por Vigo, Albacete y Valladolid fue el primer gol con el Atlético del punta brasileño, que además combinó más y mejor, que ya es decir, que Forlán, que lleva unos partidos peleado con el mundo. Su gol fue la acción más interesante de un Atlético que volvió a confiarse en un partido que tenía encarrilado y terminó pidiendo la hora.
Esguince de rodilla de Godín
Más que por el juego del Atlético, Quique Flores concluyó el encuentro con un cabreo de mil demonios por la manera como Reyes se autoexpulsó. "Se equivocó con su acción y por eso pidió perdón en el vestuario. Cuando más calientes están los partidos, más fríos tienen que estar los jugadores. De todas formas, el futbolista del Zaragoza ha exagerado", observó el preparador rojiblanco, que definió el resultado "como los puntos más valiosos desde que comenzó el campeonato". "Lo mejor fue que el Atlético supo estar concentrado cuando el partido se puso más complicado en la segunda mitad", ahondó el técnico, cansado de tener que resaltar de nuevo la actuación de De Gea -"no me gusta estar lanzando constantemente elogios a un jugador"- y agradecido por la vuelta de Agüero, que jugó los minutos finales: "Así lo decidí porque no quise sobrecargarle como sucedió ante el Barcelona. Entonces cometí un error y el jugador también".
Recuperado Agüero, el Atlético determinará hoy la gravedad del esguince que Godín sufrió en la rodilla derecha cuando trataba de cortar un balón al borde del área. Leo Franco, al que Doblas tuvo que sustituir por un pinchazo en la pierna derecha que le impedía golpear la pelota, padece una lesión en el cuádriceps del muslo derecho.
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