Cosquilleante

Mikel Ceberio, cocinero, periodista, elaborador de vinos, puro corazón euskaldum pero de alma cosmopolita, se dedica ahora a la sagardoa (sidra) con el entusiasmo y rigor que caracteriza todo lo que hace. No se resigna a que en el País Vasco esta bebida ancestral se banalice hasta el extremo de ser mero acompañante de merendolas en el tradicional txoxt (espita).

Junto con Demetrio Terradillos, propietario de la Sidrería Urbitarte, ha revolucionado una bebida que suele pecar de acídula, con amargores y astringencias poco atractivos para consumir sola. Saarte, elaborada exclusivamente con manzanas autóctonas y maduradas en barricas sobre sus lías, es una sidra que tiene fuerte carácter sin perder frescura, aromática, de gusto frutal (manzana asada), ligeramente desequilibrada en favor de la acidez, con impacto cosquilleante en boca, frescor balsámico, notas tostadas y franco sabor agridulce.

El cuerpo y la acidez de esta excelente sidra natural no solo limpia, sino que también prepara las papilas gustativas, permitiendo que el pescado a la parrilla, o el guiso marino, que preparan en la propia sidrería, se convierta en un bocado sutil, profundo y ligero.

Una hermosa armonía que justifica las dificultades que el amante de la sidra natural pueda encontrar para conseguirla. Y que la convierte en una bebida que va más allá de la juerga y el txoco.