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EL PLENO DE POLÍTICA GENERAL

López se reivindica ante la adversidad

El 'lehendakari' sella un discurso social y económico que relega el debate político - Sacudido por el acuerdo Zapatero-PNV, ve cómo la oposición critica su debilidad

Ayer, Patxi López sobrevivió. Y no es poco. Horas después de sentirse humillado por la habilidad negociadora del PNV para exprimir la extrema debilidad de Zapatero mediante la conquista para Euskadi de 472 millones a favor del empleo, el lehendakari armó un discurso a ras de suelo, de tinte social y económico, alejado intencionadamente de la refriega política, donde corre el riesgo de perder.

López, en ocasiones sin el vigor propio de quien navega con el viento de cara tras el golpe encajado, pareció necesitado de trabar un discurso demasiado dirigido a quienes siempre han cuestionado su legalidad y su capacidad para gobernar. Y a ellos les ofreció un sinfín de datos para avalar su gestión en tiempos económicos tan hostiles, "donde hemos hechos los que más con menos". Pese al esfuerzo le quedó la duda de si algunos, en otra clave, le quisieron entender. "Por lo que acabo de oírle, no ha servido de nada mi hora y media de la mañana", le respondió a Aintzane Ezenarro que no modificó la esencia del discurso descalificante que traía preparado.

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Ocurrió también que mientras López sorteaba un día de infausto recuerdo en su carrera política, acabó de un plumazo con el corpus del que Ibarretxe había revestido cada estreno del curso parlamentario. Se acabó ayer, y mientras gobiernen los socialistas, con el debate identitario en la Cámara, con el pulso al Estado y con la expresión de la voluntad de los vascos. A partir de ahora, llega el discurso de la apuesta por la libertad frente a ETA, de la unidad entre diferentes, de la convivencia entre tres lenguas y del talento para progresar, principalmente.

Este intencionado achique de espacios al debate político no fue suficiente para que López pudiera librarse de una ácida crítica hacia la debilidad de su liderazgo, en la que coincidió la mayoría de la oposición abertzale. Hubo incluso quien elevó la descalificación y habló (Aralar) de "presidente agotado" al cumplirse sólo 16 meses de gobierno. La precariedad en la Cámara le sigue impidiendo a López ir más allá en la proclama de sus intenciones. Y es que ni siquiera puede vocear a los cuatro vientos "estamos saliendo de la crisis, o si ustedes quieren de la recesión", porque viene incluso su socio preferente y le reconviene "para que no saque pecho".

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Desde luego, era la ocasión más propicia para lanzar estos dardos en una jornada que comenzó bajo la expectación de conocer el efecto en las filas socialistas del seísmo que representa el acuerdo de las políticas activas de empleo. El lehendakari metabolizó su lógico enojo y disfrazó su malestar hacia el PNV elogiando su "regreso a la senda del Estatuto y olvidando así las veleidades de las consultas". No apretó el acelerador cuando respondió a las descalificaciones de Egibar porque Zapatero, por segundo año consecutivo, le había puesto al pie de los caballos y podía salir trasquilado. Le dejó el hueco a José Antonio Pastor, mucho más beligerante y menos concernido por el desprecio que Madrid ha sometido a quienes gobiernan en Euskadi.

Patxi López, antes de iniciar su primera intervención en el debate de política general, ayer en el Parlamento vasco.
Patxi López, antes de iniciar su primera intervención en el debate de política general, ayer en el Parlamento vasco.EFE

Nuevo contrato social

López parece dispuesto a acuñar nuevos términos que identifiquen su acción de gobierno. La proliferación de acepciones que le sirven sus asesores adquirió ayer rango parlamentario. Entre ellos, su ambición por instaurar "el nuevo contrato social entre vascos".

Para el

lehendakari

se trata, en realidad, de renovar la unión entre los vascos y proclamar el deseo de seguir juntos. Para el PNV, sólo es un eufemismo que sirve de escape para no hablar de la realidad del "pueblo vasco".

Por encima de estas críticas, López tiene claro que adecuar una nueva terminología acaba con los

fantasmas

del pasado. Así, nunca recurrirá a la terminología ibarretxista cuando se trate de "decidir el futuro de los vascas y vascos por nosotros mismos". A partir de ahora, el

lehendakari

prefiere "ganar el futuro" por medio del "compromiso de colaborar y trabajar por el binestar común". Y es que, como dijo ayer, "la globalización nos está forzando, de verdad, a ser ciudadanos del mundo".

'Euskal hiria'

Bernardo Atxaga lo predijo hace años:

Euskal hiria

(ciudad vasca) es el futuro. Y abonó a tal punto el camino que el propio

lehendakari

hace suyo este concepto sociológico, al que la incierta situación económica alienta su posibilismo. "Hay que hace un país sostenible, y hacerlo también racionalizando las infraestructuras que tenemos y construimos en un país tan pequeño", dijo ayer López.

En una autonomía donde los territorios históricos son un hecho diferencial, el Gobierno socialista advierte de que "no podemos tener una cosa de cada en cada sitio, de todo en todas partes y a la vez porque no lo podemos ni pagar ni sostener". Por ello, el

anunció ayer que "vamos a elaborar un mapa de grandes equipamientos estratégicos que coordine y ponga racionalidad en el esfuerzo de las inversiones comunes. Desde luego, en las actuaciones que son de nuestra competencia, el Gobierno vasco va a poner fin a las duplicidades". Y añadió: "Aunque nos cueste".

Ahorro positivo

"Presentaré un proyecto de Presupuestos para 2011 en el que tengamos ahorro positivo". Este compromiso del

lehendakari

en la Cámara vasca alcanza tal magnitud en los tiempos que corren que hasta sus socios preferentes del PP ponen cara de incredulidad. El PNV directamente lo veo imposible. Pero López, incluso, remarca que "sólo destinaremos a gasto corriente recursos obtenidos con ingresos ordinarios, haciendo un importante esfuerzo para sanear las cuentas públicas".

En este escenario económico es donde el

desveló que quiere hablar con las diputaciones para desbrozar el tabú de la fiscalidad. Pero no parece tener mucha prisa ya que les citará en mayo del próximo año, una vez que se conozcan los resultados de las elecciones forales.

Para entonces se conocerán los primeros efectos de una reducción media del 20% en el gasto corriente de las empresas públicas, cuyo volumen adelgazará y parte de su personal, reorganizado.

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