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La Xunta combate el cambio climático con un plan de Fraga

El Gobierno de Feijóo se resiste a dar luz verde al documento actualizado por el bipartito - El proyecto en vigor no compromete plazos ni actuaciones

La política de las instituciones gallegas contra el cambio climático lleva la firma de Manuel Fraga. Hasta el momento, el único plan global del que se dotó la Xunta para combatir las emisiones de efecto invernadero es la Estratexia Galega fronte ó Cambio Climático, aprobada en los últimos meses del Gobierno del vilalbés, porque el de Feijóo no quiere dar luz verde a un plan actualizado por el bipartito.

El documento de Fraga incluye medidas destinadas a conocer alcance y consecuencias de la variación del clima, modificar la producción de energía y reducir el consumo. Sin embargo, la mayoría de las disposiciones son muy generales y carecen de un calendario de aplicación que comprometa a la Administración. Las medidas concretas, referidas sobre todo a la eficiencia energética de los edificios, aplican una legislación desfasada, pues la Unión Europea ha modificado las directivas desde la redacción del documento. Además, esta estrategia es previa a la entrada en vigor de la asignación de cuotas de emisiones de dióxido de carbono, principal herramienta de la UE contra el cambio climático.

Las siete empresas más contaminantes dan empleo a 4.000 personas
Las emisiones bajaron en 2008 a causa de la crisis económica
La estrategia contra el calentamiento global está desfasada
Medio Ambiente no da alternativas al consumo de combustibles fósiles

La Consellería de Medio Ambiente desechó el borrador de un nuevo plan que dejó pendiente de aprobación el Gobierno de Emilio Pérez Touriño. El documento, que la consellería de Agustín Hernández tacha de "irreal e ilusorio", incluía previsiones presupuestarias hasta 2012. En su redacción se movilizó a numerosos científicos y se publicaron varios libros con su documentación.

El Programa Marco de Acción Contra o Cambio Climático 2010-2012, que sustituirá a la estrategia de Fraga, calca la estructura formal de los anteriores (investigación, formación y reducción de emisiones) y estará dividido en dos etapas. La primera, 2010-2012, se centrará en las "emisiones difusas", por lo que rechaza actuar sobre las grandes emisoras, como las centrales térmicas, que se consideran emisiones puntuales. La segunda parte, de 2013 a 2020, incorporará "proyectos estratégicos", de los que la Xunta no aporta más detalles. Estaba previsto que siguiera la senda de los acuerdos de Copenhague. Sin embargo, la cumbre acabó en fracaso. La Xunta no aclara si esperará a la cumbre de Cancún, prevista para diciembre, o se marcará su propio límite.

Una de las carencias de la estrategia de Fraga, y que probablemente repetirá la de Hernández, es la falta de alternativas económicas para las comarcas que viven de las grandes industrias contaminantes. Siete empresas emiten el 40% de los gases de efecto invernadero (casi 30.000 toneladas) producidos en Galicia: Endesa, Alcoa, Repsol, Gas Natural-Fenosa, Ferroatlántica y Cementos Cosmos, según el informe As emisións de gases de efecto invernadoiro 1990-2008, elaborado por Verdegaia con datos del Ministerio de Medio Ambiente. Estas factorías dan empleo directo a más de 4.000 trabajadores y son el motor económico de las zonas donde se establecieron. Hasta el momento, ningún plan de la Xunta ha planteado alternativas viables para estos empleos.

Tampoco se proponen medidas concretas para el sector del transporte, responsable de la mitad de las emisiones. Los desplazamientos por carretera generan casi 22.000 empleos, frente a 1.200 del transporte por ferrocarril, según UGT. La Xunta se limita a proponer un transporte más "eficiente". Los ecologistas dudan de las intenciones del Ejecutivo, y ponen como ejemplo "el apoyo a la quema de carbón en las centrales de Meirama y As Pontes, las ayudas para la compra de automóviles o el Plan de Residuos Urbanos".

De hecho, el documento redactado por Verdegaia muestra que la disminución de las emisiones en 2008 no se debe a la acción de la Xunta, sino a la crisis económica y al aumento de electricidad generada por "ciclo combinado". Este sistema emplea gas natural, menos contaminante. Según los datos del Inega, el consumo energético sigue aumentando.

Los efectos del cambio climático en Galicia, estudiados en el plan del bipartito, apuntan a que la temperatura ascenderá durante el próximo siglo más de un grado, lo que provocará un clima más cálido, precipitaciones torrenciales y aumentarán el riesgo de incendios. Y las consecuencias serán más graves de no mitigarse a tiempo.

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