CC OO y UGT acusan a la mayoría sindical de primar el nacionalismo
Toxo y Méndez calientan la huelga del 29-S con actos ante cientos de delegados
Los dos mayores sindicatos de España ya están calentando motores para la huelga general del próximo día 29. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y su homólogo de UGT, Cándido Méndez, celebraron ayer en Bilbao actos ante cientos de delegados de sus centrales en una comunidad donde el 29-S se desarrollará bajo el signo de la división sindical.
ELA y LAB, que ya celebraron el pasado 29 de junio su propia huelga general contra la reforma laboral y los recortes sociales del Gobierno de Zapatero, que apenas se ciñó a la industria, no secundarán esta nueva convocatoria. El único sindicato nacionalista que se ha sumado al 29-S ha sido ESK, aunque con un llamamiento propio.
Sordo: "No pedimos a nadie que deje de pensar lo que piensa, pero que actúe"
ESK sostiene que su desmarque no rompe la unidad de acción 'abertzale'
CC OO y UGT criticaron ayer con dureza la actitud de la mayoría sindical nacionalista, y en especial de ELA y LAB, hasta el punto de acusarles de anteponer la defensa de sus propios intereses políticos a los de los trabajadores. Méndez fue el más explícito al asegurar que "los sindicatos nacionalistas suelen primar la visión nacionalista frente a la visión sociolaboral, y no suelen tener, normalmente, espíritu de compromiso a la hora de resolver los problemas del país y se mantienen al margen".
A ello agregó que los sindicatos nacionalistas, a pesar de tener la mayoría sindical en Euskadi, "tienen muy poca incidencia a la hora de resolver y transformar los problemas de la clase trabajadora".
Una andanada similar lanzó el secretario general de CC OO de Euskadi, Unai Sordo, pese a lo cual hizo un llamamiento a todos los trabajadores, "sean o no abertzales", a sumarse a una protesta que "tiene más vigencia que nunca" tras una reforma laboral que recorta "más todavía" los derechos de los trabajadores.
La reforma aprobada en el Congreso elimina las causas formales de despido nulo; se da entrada a las agencias privadas de colocación en los servicios públicos de empleo y se amplían las causas económicas del despido. También se da vía libre a la posibilidad del despido con 20 días de indemnización por año trabajado, a cambio de que la dirección de una empresa asegure y justifique que existe la posibilidad de pérdidas. Y ante la vista está la anunciada reforma de la jubilación, aumentando la edad de la misma y el número de años para calcular la pensión.
Sordo emplazó al conjunto del movimiento sindical a que "desde los planteamientos que quieran hacer, convoquen la huelga general". En ese sentido se congratuló del anuncio de ESK de sumarse al 29-S, aunque sea con una convocatoria propia. "Nosotros no le pedimos a nadie que deje de pensar lo que piensa, ni que deje de defender el modelo sindical que entiende que debe defender, pero sí que actúe" argumentó junto a Ignacio Fernández Toxo.
El responsable nacional de CC OO destacó que la convocatoria de huelga es estrictamente sindical y no tiene el objetivo de cambiar el Ejecutivo de Zapatero, "porque el Gobierno lo cambian el Parlamento y las urnas, pero cuidado no se esté haciendo el haraquiri desde la resignación a la que quiere llevar a la sociedad, empezando por los trabajadores".
El sindicato ESK registrará en breve su llamamiento tanto en Euskadi como en Navarra para desmarcarse del de CC OO y UGT, en las que dice no confiar por el tipo de política sindical que practican y por el diálogo social que impulsan junto a la patronal. En un comunicado, ESK dejó claro que no entiende su posición ante el 29-S "como un elemento de ruptura dentro de la mayoría sindical vasca, que ante esta convocatoria no ha tenido una voz común". Para ESK, la unidad de acción que mantiene con las demás centrales nacionalistas "tiene un valor y un alcance superior a este hecho puntual".
De hecho, ESK, la sexta central en representación en la comunidad autónoma, con algo más de 300 delegados y un 1,5% tatividad ha participado en las tres huelgas que el frente nacionalista, liderado por ELA y LAB, ha impulsado en contra de los socialistas.
La primera se produjo apenas unos días después del nombramiento de Patxi López como lehendakari, el 21 de mayo de 2009, y tuvo escaso eco. Un año después, el 25 de mayo pasado, intentaron paralizar la Administración, pero fracasaron, al lograr sólo que uno de cada cuatro funcionarios del Ejecutivo autónomo y apenas uno de cada cinco de las Diputaciones secundaran la protesta. La del 29 de junio fue la tercera.
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