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Asesinado en Londres un líder político paquistaní

La muerte de Faruk amenaza con desatar la violencia en su bastión de Karachi

Karachi -la mayor ciudad de Pakistán y su capital económica, con 15 millones de habitantes- amaneció ayer cerrada a cal y canto, después de que trascendiera la noticia del asesinato en Londres de Imran Faruk, uno de los fundadores del MQM (Mutahida Quami Movement), el partido que gobierna en las grandes ciudades de la sureña provincia paquistaní de Sind y representa los intereses de los urbanitas llegados de India tras la partición del imperio británico en 1947.

Faruk, que estaba apartado de la política activa desde hace dos años, fue apuñalado en el edificio londinense donde se encontraba su piso y murió antes de llegar al hospital. La policía británica investiga las circunstancias, pero hasta el momento no ha podido determinar si se trata de un asesinato político o de un crimen motivado por un robo.

Según el prestigioso periódico paquistaní Dawn, decenas de miles de personas se habían concentrado ayer en distintos puntos de Karachi, Hyderabad y otras ciudades de la provincia Sind para celebrar el 57 cumpleaños de Altaf Husain, el fundador del MQM. En un primer momento, los dirigentes del MQM -partido que en la actualidad está integrado en la coalición gubernamental que dirige Pakistán- trataron de acallar la noticia, pero cuando se hizo evidente que no podían silenciar la muerte de Faruk pidieron a los simpatizantes que, para evitar enfrentamientos, volvieran a sus casas. La mayoría de la gente se retiró sin incidentes.

Sin embargo, a lo largo de ayer y pese al cierre en Karachi de escuelas, oficinas gubernamentales y comercios, se produjeron distintos enfrentamientos. En total resultaron heridas una decena de personas y fueron quemados neumáticos en distintos puntos de esta ciudad portuaria, en los que se establecieron barricadas.

Imran Faruk, de 50 años, había solicitado asilo político en el Reino Unido hace ya 11 años, poco después del golpe de Estado del general Pervez Musharraf. Sin embargo, sus problemas con la justicia paquistaní se remontan a 1992, cuando después de la fundación del MQM recurrió a una semiclandestinidad, tras rechazar categóricamente las acusaciones de asesinato de un opositor y fraude, que consideraba inducidas políticamente.

La provincia Sind sufre con frecuencia violentos enfrentamientos entre sindis y mohajirs, los originarios de Sind y los llegados de India, respectivamente. En agosto pasado, más de 100 personas murieron en estos choques interétnicos después de que fuera asesinado el diputado chií del MQM Raza Haider. El Gobierno responsabilizó del asesinato al SSP (Sipá e Sahaba Pakistán), un grupo suní vinculado a Al Qaeda.

Pakistán, con 170 millones de habitantes, se enfrenta a una durísima crisis económica, política, militar y social. A la amenaza de Al Qaeda y los talibanes de adueñarse del país, se suma la inestabilidad política -la mayoría detesta al presidente Asif Alí Zardari- y la crisis humanitaria desatada por las peores inundaciones en los 63 años de historia del país.

Soldados paquistaníes hacen guardia en una avenida de Karachi.
Soldados paquistaníes hacen guardia en una avenida de Karachi.AP

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