Sergi López: "Cuanta más experiencia tienes, más dudas se te presentan"

El actor Sergi López (Vilanova i la Geltrú, 1965) se valió anoche del público que llenaba el patio de butacas del Centre Municipal Bernat i Baldoví para quitarse de encima, de un plumazo, el miedo escénico. Impartía la clase magistral que cada año abre la Mostra Internacional de Mim de Sueca y atacó de manera sencilla la presión, las dudas que imponen a quien se sube al escenario. El tema a exponer era complejo: "¿Seguro que sí? La convicción y la duda alrededor de lo que llamamos actuar".

"¿Qué tal?", preguntó a los espectadores ávidos de dialogar con el personaje y que contestaron de manera calurosamente afectiva. "Yo bien, normal... pero nervioso, uno de los grandes misterios y grandes contradicciones del actor", dijo, a manera de réplica, para meterse de lleno en materia.

"¿Cómo podemos quitarnos el miedo? Es imposible", confiesa el actor

Fue claro cuando aseguró no tener estudios universitarios ni ser un erudito en historia del teatro. Por ello justificó que iba a hablar de su experiencia personal, cosa que hizo desde la primera representación de la pieza tradicional de Pastorets, que realizó en Vilanova en plan aficionado; conocer a su paisano Toni Albà, que ya era actor profesional; ingresar en la Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq, en París; y el salto al cine, que es donde más trabaja en la actualidad. Dijo de Lecoq que "él sí que es un gran maestro, tiene una lucidez especial, y pedagogía".

López confesó que para actuar "necesitas convicción, creer en el personaje". "Con el tiempo, cuanta más experiencia tienes, más dudas se te presentan: es como partir de cero", aseguró en el transcurso de la exposición del "viaje que he realizado desde que me encontré con la vocación".

"¿Cómo nos podemos quitar ese miedo? Es imposible", dijo a este diario, aparentemente sereno, minutos antes de exponer su clase. Tras afirmar que no es una persona insegura, se posicionó sobre la teoría de que el miedo tiene una relación directa con la responsabilidad por estar frente al público. Explicó que esa presión es mayor en el teatro, en el directo, que en el cine, donde existen ensayos y las escenas se ruedan con tiempo, además de que dispone de otros recursos como las repeticiones y la música. "No existe un actor que lo controle todo", aseveró.

"El miedo escénico es parecido al que se siente por la muerte, por el dolor, porque tienes la responsabilidad de traspasar... y nunca debes entrar en el pánico que lleva al descontrol", aseguró. Aún así dijo que esa inseguridad "es un motor para los que subimos a escena".

El actor, ganador de los premios Cesar, Goya y Max, entre otros, tuvo palabras de elogio con lo gestual que "no es exclusivamente el de la máscara: el gesto es el teatro en mayúsculas". "Dentro de poco, tal y como está el mundo en que todo se graba, será un privilegio ser testigo de un directo", dijo.

López repasó interioridades de su dilatada experiencia profesional ante unos cuatrocientos espectadores que siguieron, con empatía, su ágil y divertida exposición sobre el intangible miedo e inseguridad que, aseguran, atenaza a los profesionales antes de salir a escena. La conferencia acabó con un largo turno de preguntas por parte del público que tuvo que ser cerrado a las 21.20, por el imperativo de la programación. Había roto el hielo a las 19.35.

También tuvo palabras de elogio para el festival del mimo de Sueca, al que acudió para "ver a mi maestro Lecoq; él sí que es un maestro que imparte clases magistrales". López llevaba consigo en su viaje de ayer a Sueca la entrada de aquel 16 de septiembre de 1994.