Feijóo ordena rebajar la tensión con la lengua y busca un pacto parlamentario

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha dado órdenes concretas al partido y a su Gobierno de rebajar la confrontación a propósito del gallego y allanar así el camino para proponer en el Parlamento el pacto por la lengua que ya anunció el pasado 17 de mayo, Día das Letras Galegas, ante los dirigentes de la Real Academia Galega.

Tanto el Partido Popular como sus conselleiros tienen instrucciones de rebajar la crispación que presidió el curso pasado hasta lograr un momento de calma que pueda propiciar el entendimiento con socialistas y nacionalistas. Feijóo planea proponer el pacto a lo largo de este período de sesiones, según fuentes cercanas al presidente. La oferta no incluirá en ningún caso modificaciones del controvertido decreto del plurilingüismo que ha levantado en armas a la comunidad educativa, los sindicatos y la oposición, pero sí una actuación decidida a favor de la normalización lingüística. La tesis de Feijóo y de su secretario de Política Lingüística, Anxo Lorenzo, siempre ha sido que hay muchas cosas que hacer por el gallego también fuera de las escuelas.

La oferta del PP afectará a medidas de normalización pero no al decreto

Entretanto, la Consellería de Educación tiene instrucciones para no ser beligerante en el inicio de curso con el decreto del gallego. Fuentes de la Xunta reconocen que no se perseguirá de oficio a los profesores, que tampoco se incrementarán las inspecciones en los centros y que sólo se actuará cuando haya denuncias sobre el incumplimiento de la norma que reparte al 50% las asignaturas en los colegios. La Xunta aguarda un espaldarazo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a su política esta misma semana y que desbarate las medidas cautelares que solicitó la Mesa pola Normalización Lingüística en su recurso contra el decreto, que pedía la suspensión cautelar de la norma.

Encaminada a restablecer la paz lingüística va también la iniciativa aprobada este miércoles en la Cámara autonómica para que los funcionarios atiendan a los ciudadanos en gallego como lengua inicial. Los diputados del Bloque, autores de la moción, no disimularon su sorpresa cuando el portavoz popular Agustín Baamonde se avino a negociar con el argumento de que "ningún partido ama tanto el gallego como el PP".El mismo día que el PP apoyaba en el Parlamento que los funcionarios recibiesen a los administrados en gallego, uno de los conselleiros más remisos a utilizarlo, el titular de Economía e Industria, Javier Guerra, próximo a las tesis de Galicia Bilingüe, firmaba un convenio con la Fundación Galicia Empresa para promover la lengua en el ámbito empresarial. El texto sobre el que estampó su firma Guerra definía el gallego como una "riqueza intrínseca". El propio presidente evitó entrar en guerra con el Bloque cuando este partido llamó a la insumisión a los profesores para que incumplan con el decreto del gallego. La respuesta de Feijóo se limitó a pedir que los políticos "no hagan oposición en las aulas".

Fuentes cercanas al presidente sostienen que el pacto que ofrecerá en el hemiciclo previsiblemente durante este periodo de sesiones pretende abordar cuestiones relativas la normalización en múltiples campos de la sociedad. Sin embargo, descartan que la oferta incluya cambios en el polémico decreto del gallego.

El nuevo giro de la Xunta y del PP tiene poco que ver con el discurso que este partido entonó en la campaña de las autonómicas, cuando el propio Feijóo llegó a prometer una casilla para que las familias eligiesen la lengua en que estudiarían sus hijos. Por aquel tiempo fueron varios los dirigentes populares que en ausencia de su presidente (de viaje en Argentina), se manifestaron junto a la plataforma Galicia Bilingüe, entre ellos el secretario general, Alfonso Rueda. Como conselleiro de Presidencia, el propio Rueda acaba de renovar un convenio con la Secretaría Xeral de Política Lingüística para fomentar el gallego en la Justicia, igual que se hizo estos últimos años.

Desde que el PP se desmarcó del acuerdo al que había llegado con socialistas y nacionalistas durante el gobierno del bipartito, cuyo decreto derogó nada más llegar al poder, el sector más galleguista del partido ha reclamado una vuelta a los postulados de Fraga, impulsor del Plan de Normalización Lingüística al que el bipartito le dio rango de ley cuando llegó a la Xunta.

Alcaldes como el de Lalín, Xosé Crespo, diputados como Antón Baamonde, e incluso la dirección del grupo parlamentario capitaneado por Manuel Ruiz Rivas y Pedro Puy han reclamado en los foros internos menos virulencia contra el gallego y un alejamiento respecto de los enunciados que defiende Galicia Bilingüe. A esas tesis obedeció el fichaje de Anxo Lorenzo, sociolingüista reputado, próximo a las tesis socialistas, al frente de Política Lingüística. En el bando contrario se han situado siempre los portavoces del PP en las ciudades, fundamentalmente Corina Porro en Vigo y Carlos Negreira en A Coruña. Con las municipales a la vista, Xosé Crespo, regidor en Lalín, insiste en su idea de crear un foro de intelectuales galleguistas próximos al PP para recuperar "una de las señas de identidad del partido".