Se mira y no se compra
En busca de tendencias, obsequios y caras famosas, miles de personas llenaron anoche las tiendas del centro durante la Madrid Fashion Night Out
Cristina, de 18 años, y sus tres amigas se pusieron ayer sus mejores galas, traje negro, tacón alto y una buena capa de maquillaje, y dejaron su Valencia natal para venir a la Madrid Fashion Night Out. Se enteraron por la revista Vogue, organizadora del evento, de que las tiendas de lujo de Salamanca, Las Salesas y Fuencarral-Triball abrían hasta medianoche y no dudaron en apuntarse a la fiesta. Rodeada de muchas jóvenes como ella, que esperaban ver algún rostro famoso, relataba con una risa nerviosa que su objetivo era acceder "a las tiendas caras, como Chanel", a las que no se atreve a entrar normalmente.
Su tarea no era tan fácil como ellas pensaban porque anoche Chanel era una de las muchas tiendas frente a las que las miles de personas que acudieron al acontecimiento hacían cola para entrar. Una de ellas, Verónica, de 20 años, veía tras "20 minutos" de cola cómo se abrían para ella y sus amigas las puertas de uno de los más de 250 establecimientos participantes. Al salir no lo hacía con las manos vacías, sino con un pequeño obsequio en una bolsita con el logo de la marca. Era la misma que tenía María Jesús, que, junto a sus amigas treintañeras, esperaba a las puertas de Bimba & Lola, donde se repetía la fila para acceder. "Si hay cola es porque regalan algo", apuntaba María Jesús con una frase que definiría la noche. Otra de las frases más repetidas de la velada fue: "¿Qué dan ahí?".
Una de las frases más repetidas de la velada fue: "¿Qué dan ahí?"
Por las calles se veían muchas manos con copas de champán, cócteles o regalos varios. Pero apenas bolsas. Una de las aceras más concurridas, amén de Ortega y Gasset donde avanzar se convertía por momentos en una odisea, era la de los números pares de Serrano. Resultó de gran ayuda que las zanjas a modo de trinchera que habían tomado la vía en los últimos tiempos hubieran desaparecido.
Además de la ropa cara y los diversos obsequios de las tiendas, otro de los reclamos de la noche era ver de cerca esas caras conocidas que se cuelan en las casas por la televisión. La mayoría de ellas, eso sí, guarecidas en la carpa vip que se montó para la ocasión en medio de Ortega y Gasset. Un lugar infranqueable sin pase dorado, pero con unas buenas vallas donde apoyar los codos para ver a los famosos desde la barrera. Es lo que hacía Edith, de "digamos unos 45", que estaba viendo "cómo van vestidos los conocidos para saber qué se lleva esta temporada". Era, al fin y al cabo, el objetivo de muchos anoche: ver las tendencias y comprarlas... pero otro día y en tiendas más baratas.
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