Las dos caras de Nadal
El número uno mundial juega ahora a más velocidad, pero con menos efectos, y apenas tiene bolas de rotura
Es el Día del Trabajo, el Labor Day, pero podría ser el día de la resaca. Resaca de la derrota (7-6, 6-7, 3-6 y 3-6) del británico Andy Murray contra el suizo Stan Wawrinka. Resaca del partido femenino más canalla y noctámbulo de la historia del cuadro femenino del Abierto de Estados Unidos, cerrado a la 1.35 del lunes, cuando la australiana Samantha Stosur vence (6-3, 2-6 y 7-6) a la rusa Elena Dementieva. Resaca de ver a seis españoles en los octavos de final, en los que en la pasada madrugada Albert Montañés jugaba contra el sueco Robin Soderling. Y resaca con la noche neoyorquina del domingo llena de fiestas, cosas del puente del trabajo, de un amor peligroso: Rafael Nadal saca a 217 kilómetros por hora, más rápido que nunca. Nadal, que juega hoy contra Feliciano López, es el único tenista que no ha perdido el saque en todo el torneo. Y Nadal, que gana el 91% de los puntos con su primer servicio, ha encontrado una nueva arma. Aun así, hay quien ve en ese prodigio un peligro.
"El nuevo saque es interesante", opina Todd Martin, ex número cuatro y ex entrenador del serbio Novak Djokovic, que ayer se paseó (6-3, 6-4 y 6-1) ante el estadounidense Mardy Fish; "mi preocupación es que se enamore de ese ritmo extra, ya que ha sido muy eficaz hasta ahora con su saque por colocación. Es bueno como un cambio en la dinámica durante un partido, pero no como norma".
Hace dos años, los Nadal cambiaron de técnica para aumentar la velocidad del servicio. Consideraron que el mallorquín tenía una derecha de número uno y un servicio de número 40. La apuesta resultó peligrosa. Nadal aumentó la velocidad y se descubrió, son las cosas del excesivo impulso, demasiado volcado sobre la pista tras ejecutar el movimiento. Resultado: su mejor golpe, su tiro más dañino, que es el que realiza ante el resto del contrario, se vio afectado. Demasiado dentro de la pista, la pelota del rival le comía el espacio. Ese, dice Martin, es el riesgo si se enamora de la alta velocidad: que olvide todos los efectos, diabólicos trucos, que han hecho eficaz su saque, aunque su técnica de ahora no sea exactamente la misma de entonces. Hay otros peligros. Nadal, según las estadísticas de la ATP, es el segundo mejor del mundo en aprovechamiento de las bolas de break y el tercero en juegos ganados al resto. En Nueva York, templo del cemento que tanto ayuda a los sacadores, solo lleva ganadas nueve de 25 bolas de rotura.
"Ha avanzado en la intensidad de las piernas, pero es raro, no nos engañemos, que tenga tan pocas bolas de break", analiza Toni Nadal antes del partido de la tercera ronda. "Todo va junto con las dudas que le ha creado el revés", prosigue su tío y entrenador; "hasta que se disipen del todo, va con esa dificultad. Creo, en cualquier caso, que va mejor. Avanza".
Nadal abre hoy un torneo diferente. Le esperan López y la tensión de saberse favorito para estar en la final. En su lado del cuadro predominan los españoles y ahí su ascendiente es indiscutible. En su lado del cuadro no queda ninguno de los cinco mejores. Y en su lado del cuadro camina un tenista con paso seguro. "Todo está saliendo mejor que hace unas semanas. Es motivo de esperanza". Rafael Nadal.
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