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Columna
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La táctica del murciélago

El verano se inició con dos hechos insólitos. España ganó por primera vez un campeonato del mundo de fútbol y el PSOE anunció, por fin, que tenía candidatos a las alcaldías de las capitales andaluzas. No es fácil precisar qué costó más trabajo: si la victoria del equipo de Del Bosque o que Griñán encontrara aspirantes en el PSOE para batirse en las municipales. El paralelismo entre ambos hechos lo estableció el propio líder socialista: "Lo importante es el equipo. Nosotros no teníamos a Maradona de entrenador, sino a Del Bosque. No había Messi ni Cristiano Ronaldo. Teníamos a Iniesta y todos los demás y ganaron porque fueron un equipo". Con estas palabras, Griñán trataba de explicar la lista de convocados para las municipales: un puñado de desconocidos, sin experiencia alguna en convocatorias electorales y preparados para ganar, pero también para perder. Este periódico los definió en un titular muy festejado: "Los Iniestas del socialismo".

Decía Jorge Valdano que todas las aficiones pagan al contado. El jugador acierta y cobra en aplausos al momento. El jugador falla y cobra en silbidos. Esto último también ocurre al momento. En política se tarda un poco más, pero también los votantes pagan al contado. El resultado es de una lógica implacable. Si se acierta, se gobierna. Si se falla, se cabrean los hinchas y se pide la dimisión del entrenador. Si los alcaldables son los Iniestas del socialismo, a Griñán le ha tocado el papel del Del Bosque del PSOE. Y el presidente de la Junta debería saber que, en términos futbolísticos, a su partido le ocurre en las municipales lo que al PP en las autonómicas: que les entra el miedo escénico y salen siempre a la defensiva.

El PSOE ha decidido jugar en las próximas elecciones a no perder, con lo que tiene escasas posibilidades de ganar allí donde lleva perdiendo desde el año 1995. Al PP le lleva ocurriendo lo mismo desde hace tres décadas en las autonómicas, no sale a jugar para ganar sino para impedir que los socialistas obtengan la mayoría absoluta y por eso nunca alcanzan la victoria. Griñán ha diseñado un equipo para empatar, que no es otra cosa que mantener los resultados de 2007, con un PSOE que gane en el cómputo global de votos en Andalucía, aunque no consiga imponerse en casi ninguna ciudad andaluza importante. Los socialistas van a intentar colocar el autobús delante de la portería de los municipios donde gobiernan y a echar balones fuera allí donde no consiguen la victoria. La táctica de Griñán tiene su riesgo, si el resultado no le acompaña puede poner en peligro su fase previa de clasificación como candidato a la presidencia de la Junta en las elecciones autonómicas.

El listado de alcaldables de Griñán, salvo alguna excepción que confirma la regla, es un puñado de Iniestas pero sin recorrido alguno por la cantera. O las listas de las municipales en cada provincia andaluza la arreglan con un equipo medianamente aceptable o para ganar el partido van a necesitar de más moral que el Alcoyano. De momento, el PSOE, para evitar líos, ha decidido suprimir las primarias en Andalucía. En estas próximas municipales, los socialistas no tienen intención alguna de ofrecer espectáculo. Para Griñán sólo cuenta el resultado. "¿A qué juega Chile?", le preguntó un día Jorge Valdano a un ex jugador chileno en un partido de este equipo contra Argentina. Y este le contestó: "A la táctica del murciélago, todos colgados del travesaño". El PSOE acude a las municipales con el mismo planteamiento táctico que aquel entrenador chileno, con candidatos colgados de las listas para intentar no perder más concejales en los municipios donde ya pierden las elecciones e impedir un gol por la escuadra en las localidades donde gobiernan. No han logrado ni un único fichaje estrella. Tienen un Iniesta en cada provincia, pero de la época de los infantiles.

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