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Columna
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Vuelta al cole

El verano de verdad, el de las vacaciones, aunque el calor lo sigan padeciendo los del sur, ha finalizado. Ya pasaron las fiestas que nos imprimen carácter carpetovetónico, el lanzamiento de la pava, la guerra del vino de Haro, la tomatina de Buñol, la otra a racimazos de uva de un pueblo, que sirve según su alcalde para no olvidar el pasado rural, etcétera. Ante tal derroche de festejo arrojadizo nosotros, para no perder nuestros orígenes industriales y complementar nuestra identidad, pues Euskadi es una cosa que sale con la industria, deberíamos organizar una batalla con, por ejemplo, chapas de la Babcock, lo que daría fe de nuestra reciedumbre y dureza de mollera. Todo esto para suavizar la angustiosa vuelta al colegio.

Los artículos de guasa tendrían que venir ahora, porque, si siempre ha sido angustioso volver al cole, hay tantas asignaturas pendientes de julio que dan ganas de no volver. La comicidad podría encontrarse en este vodevil en el que se ha convertido la política española en la que el PNV se deja querer a alto precio en la cámara principal por Zapatero, para dejar en mal lugar a López en la habitación del ala norte, Euskadi, que sería dejar en peor lugar a Basagoiti, mientras en la del sur el PP se frota las manos. Mientras más dure este vodevil con trama de tragedia, más apoteósica será la escena final, dando el canto del coro la razón, por aquello de los cuernos, al Guerrita: lo que no puede ser, no puede ser y...

Gran momento para nuestra dama, el PNV, que debe el largo éxito del que ha disfrutado por haber sido el auténtico partido de Madrid para Euskadi, gobernase quien gobernase allí, izquierdas o derechas, hasta que unos jovenzuelos, especialmente Basagoiti, travieso él, decidieron volcar la situación, resolviendo un problema de Estado y dejando las relaciones políticas del pasado, y los papeles de las viejas damas, en entredicho. Pero, como lo importante es el poder y no la política, sigue siendo muy importante la capacidad de persuasión de la aristocrática dama.

Por lo demás, aquí, en Euskadi, donde hoy no juega tanto el PNV, y tiene su rabo de paja en Álava, provincia donde también hay otro vodevil político, estamos dando con una expectación inmerecida un llamativo protagonismo a lo de Batasuna y ETA, con dimes y diretes sobre si ésta declarará o no una tregua. Miren: es su problema. Dar pábulos a tanto rumor y desmentido, dar suspense a una decisión que no está en nuestras manos, lo único a lo que conduce es a potenciar la influencia social de ese mundo. Lo más sano es dejarlo en sus manos, allá ellos, aunque es muy posible que no sepan salir del proceloso laberinto que ellos mismos concibieron. Una manera de ayudar, de ayudarnos todos, es dejar el tema tranquilo, pues de las declaraciones del consejero de Interior no se puede deducir, sino todo lo contrario, que hayan ni aires de negociación ni preocupación alguna porque ese mundo no sepa romper el nudo de su dogal. Esta asignatura se aprobó antes de julio.

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