Un escape de gas causó el incendio de un edificio de viviendas en Bilbao

Todo apunta a que la causa del incendio que destruyó en la madrugada del pasado domingo un edificio de viviendas en Bilbao e hirió a siete personas fue causado por una explosión de gas butano que se originó en el piso superior del inmueble, ubicado en la carretera Basurto-Kastrexana, a la altura del barrio de Zorroza. El concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maíz, precisó que el suceso se produjo de forma fortuita y la chispa que hizo estallar la masa de gas acumulada fue un "encendido de electricidad". Tres de los heridos, dos de ellos niños, permanecen ingresados en la UCI del Hospital de Cruces y se mantienen estables dentro de la gravedad.

El menor de ellos, de ocho años, sufre quemaduras de segundo grado en el 10% de su cuerpo y continúa conectado a un sistema de ventilación mecánica, aunque ayer había experimentado una ligera mejoría, según el parte médico facilitado por el centro sanitario. Su pronóstico es reservado. El otro menor, de 10 años, presenta quemaduras de segundo y tercer grado que afectan al 17% de su superficie corporal, por lo que deberá ser sometido próximamente a cirugía. Ayer se encontraba estable dentro de la gravedad.

El Ayuntamiento no podrá rehabilitar todo el edificio por los daños sufridos

En el mismo centro hospitalario vizcaíno se encuentra internado otro vecino, de 42 años, que presenta quemaduras en ambas extremidades superiores, cara y cuello. Igualmente sufre el síndrome de inhalación y permanece con ventilación asistida. Su estado es grave. Mañana será intervenido quirúrgicamente. Otras tres personas y un bombero resultaron heridos en el incidente, aunque su estado no reviste gravedad.

Maíz señaló que el Ayuntamiento ha realojado a dos familias residentes en el edificio colindante al siniestrado, que sufrió daños por el agua empleada para extinguir las llamas.

Sus miembros, cuatro adultos y cinco niños en total, se encuentran hospedados en un hotel en Bilbao. Si pasados tres días no pudieran regresar aún a sus hogares, el consistorio les pagará 700 euros al mes durante un máximo de 90 días para el alquiler de un piso. El resto de afectados -siete- están tramitando también sus realojos.

En cuanto al edificio, fuentes municipales detallaron que, a falta de un estudio definitivo, "no se puede garantizar una rehabilitación total porque hay partes muy dañadas por el fuego". Mientras los técnicos de Urbanismo y una dotación de bomberos evaluaban ayer por la mañana el estado de edificio, Aitor Boada aguardaba para poder acceder a su vivienda, anexa a la destruida, para rescatar sus enseres. Él y otros residentes en inmuebles colindantes coincidían en que "una familia gitana de cinco miembros -los heridos- se había instalado el jueves pasado "en plan okupa" en la casa donde, según los indicios recabados en la investigación, se originaron las llamas. Según el testimonio de los vecinos, la vivienda llevaba dos años vacía. "Se la quedó el banco porque el propietario no podía pagar las facturas", detallaron ayer algunos residentes, que apuntaban a esta familia como causante "directa o indirecta" del incidente.

En relación a su inminente realojo por el consistorio, fuentes municipales recordaron que para acceder a esta posibilidad se requiere estar empadronado, pero no es preciso acreditar un contrato de alquiler o propiedad.

Dicha familia habitaba el piso superior y en el de abajo vivía sólo otro de los heridos graves. "Es un marroquí -de 42 años- muy trabajador que vivía aquí desde hace un año e intenta traer a su mujer e hijos. Ahora está muy mal", se dolían sus vecinos, quienes recalcaron la falta de servicios en el barrio. "La policía no aparece nunca y no hay ni una sola boca de riego", señaló Boada.

A ese respecto, Maíz recordó que el día del suceso llevaron dos autobombas con un total 5.000 litros y un depósito auxiliar de 8.000. "En ningún momento faltó agua. Al ser una vivienda ubicada en una zona alejada se trabaja con autobombas", apuntó.