_
_
_
_

Los mineros atrapados en Chile se organizan bajo tierra para sobrevivir

Los trabajadores aún disponían de una ración de víveres cuando fueron hallados

Dos cucharadas de atún en conserva, un vaso pequeño de leche, media galleta y pequeños dados de melocotón en almíbar cada 48 horas. Esa ha sido la dieta espartana con la que han sobrevivido los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en la mina San José, dosificando los alimentos que tenían en el refugio y repartiéndolos en forma igualitaria, según han relatado por el teléfono que se les envió desde la superficie a través de la sonda introducida el domingo. El presidente Sebastián Piñera aseguró ayer que los mineros no saldrán para el bicentenario de Chile, en septiembre. "Pero sí estarán con nosotros en Navidad y Año Nuevo", añadió.

"Estamos bien, con ánimo, esperando que nos rescaten", dijo el topógrafo y jefe de turno Luis Urzúa, de 54 años, al ministro de Minería, Laurence Golborne, en la primera comunicación telefónica con los atrapados, que tuvieron bríos para cantar a voz en cuello el himno nacional.

Su dieta fu migas de atún, media galleta y un vasito de leche cada 48 horas
Ya han recibido suero, glucosa, medicinas y cartas de sus familiares
Más información
Una explosión de roca provocó el derrumbe

La primera preocupación de Urzúa no fue por ellos mismos, que están como enterrados en vida en una mina que se podría desplomar sobre sus cabezas, sino por los compañeros que salían cuando ocurrió el derrumbe, hace 20 días. "Salieron todos ilesos, no hay ninguna fatalidad que lamentar", le informó Golborne.

Los 33 (32 chilenos y un boliviano), nombre que algunos ya han registrado en diferentes variantes como una marca, fueron entrevistados por un médico desde la superficie. Todos están bien de salud y con ánimo. Varios dijeron tener mucha hambre y uno dolor de estómago.

A través de las palomas -los tubos por los que se canalizan los envíos desde la superficie hasta la galería donde permanecen los mineros-, que tardan una hora en ir y volver, se les ha bajado suero, glucosa y complementos nutricionales. También les enviaron broncodilatadores, medicinas para la diabetes y la hipertensión, oxígeno, alcohol para la limpieza del cuerpo y parches oculares, pues algunos se han quejado de malestar en los ojos por el exceso de polvo en suspensión.

Todavía les quedaba parte de los alimentos, una ración más, cuando los encontraron. Tenían agua en un estanque, y además guardaban la que caía a través del cerro. Aun así, han perdido entre 7 y 10 kilos de peso cada uno. El Gobierno resolvió no mostrar todas las imágenes de las que dispone, en las que los mineros lucen más delgados, por respeto a sus familiares y para evitar convertir el suceso en un reality show, sostiene el diario La Tercera. Los 33 se habían organizado en turnos para vigilar ante posibles derrumbes e intentos de rescate y hacer limpieza. Establecieron zonas para transitar, alimentarse o hacer sus necesidades. Además de coraje, tuvieron ingenio: aprovecharon las baterías de las camionetas que quedaron atrapadas para contar con carga para la luz de sus cascos y algo de iluminación.

Organizados, los mineros intentaron huir a la superficie después del derrumbe, a través del conducto de ventilación, pero no pudieron porque este carece de escaleras, contó Golborne. La mina, clausurada en 2007 después de la muerte de un trabajador, fue reabierta en 2008 con la condición de que se construyera una escalera por este conducto, pero los propietarios no lo hicieron. La chimenea de escape permaneció despejada 48 horas y después se derrumbó. "De haber estado escalada [con peldaños] esta chimenea, habría permitido probablemente que ellos salieran", criticó Golborne.

La capacidad organizativa y la fortaleza física y mental de los trabajadores infunden optimismo a los equipos de rescate.

Un nuevo apoyo les llegó con las cartas que sus familiares les enviaron desde la superficie. "Hola, papito", escribe Romina a su padre, Mario Gómez, "quiero que sepas que me alegré demasiado que estés bien. Todos aquí armaron una fiesta por ustedes, hasta cueca bailaron".

Los psicólogos que apoyan a los familiares han aconsejado que las cartas no cuenten aquello que pueda bajar el ánimo de los mineros. Otros especialistas recomiendan además enviar juegos y lecturas a los atrapados, para que puedan ocupar el tiempo mientras esperan el rescate. Además, se les han establecido rutinas de ejercicios, en especial abdominales, porque el diámetro de sus cinturas no debe obstaculizar el rescate, explicó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

Durante una etapa del salvamento, que se hará con una perforadora que está siendo trasladada por partes y estará operativa el sábado, los mineros deberán trabajar apoyando a los equipos en la superficie. La perforadora abrirá un agujero de 38 centímetros de diámetro, que después se ensanchará hasta 66 centímetros, un poco más ancho que los hombros de una persona. El material de desecho caerá hasta el fondo de la mina, donde los trabajadores deberán sacarlo para que el conducto no se bloquee.

Una vez abierto este agujero, por él se bajará una cesta. En ella cabe una persona, que deberá vendarse los ojos. Una grúa subirá la canasta con los mineros, uno por uno. Este tipo de salvamento puede llevar una semana.

Es un trabajo sin precedentes a esta profundidad. Si falla, existe un plan b: utilizar una sonda petrolera, porque la alternativa de hacer un túnel nuevo a través del cerro significa un año antes de poder traer a los mineros de regreso.

Un convoy de equipos de rescate abandona el entorno de la mina San José, donde se ha instalado un impresionante dispositivo
Un convoy de equipos de rescate abandona el entorno de la mina San José, donde se ha instalado un impresionante dispositivoREUTERS

Disciplina e ingenio

- Los mineros dosificaron la comida que había en el refugio. Cada dos días tocaban a dos cucharadas de atún en conserva, un vaso pequeño de leche, dados de melocotón en almíbar y media galleta.

- Organizaron turnos de vigilancia y limpieza, recogieron agua de las filtraciones y establecieron espacios para distintos usos.

- Usaron las baterías de unas camionetas atrapadas en las galerías para cargar las lámparas de sus cascos.

- Han perdido entre 7 y 10 kilos de peso cada uno. Algunos tienen molestias en los ojos por el polvo. Su fortaleza física y psicológica anima al equipo de rescate.

- Los mineros intentaron salir por el conducto de ventilación, pero la empresa no había instalado

la escalera obligatoria.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_