Los psicólogos advierten que la duración del cautiverio puede agravar las secuelas
Albert Vilalta y Roque Pascual tienen ante sí el reto de volverse más fuertes, asimilar lo ocurrido y retomar así el rumbo de sus vidas con normalidad. La larga duración del secuestro, casi nueve meses, no ayuda en esa misión. "No están condenados a tener secuelas de por vida. Pero al estar nueve meses en situación de estrés agudo y temiendo por su vida, la recuperación se hace más difícil", asegura la psicóloga Ingeborg Porcar, de la unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha seguido de cerca el secuestro.
"Nueve meses son suficientes, no para que las secuelas sean crónicas, pero sí para que su vida nunca vuelva a ser del todo igual", abunda Luis García, psicólogo especializado en secuestros. A la sensación de peligro se suma la de culpabilidad. "Los secuestrados sienten que han abandonado a sus familias y las hacían sufrir", indica García tras escuchar la intervención en El Prat de Pascual, que prometió a su familia resarcirla por el dolor causado. El experto también subraya que las víctimas comentan el trato "correcto" de los captores. "Puede que no te hayan agredido, pero no te han tratado bien... ¡Te han secuestrado!"
Vilalta y Pascual también tienen bazas a su favor. Por ejemplo, el hecho de permanecer comunicados durante el cautiverio y ser conscientes del apoyo ciudadano, según manifestaron a su llegada a Barcelona. "Eso les ha podido ayudar a llevar el asunto mejor. Si hubieran estado incomunicados, habría sido peor. Algunos secuestrados de las FARC que han estado sin saber nada del mundo exterior han acabado abducidos y alistados en la guerrilla", dice García.
Los psicólogos coinciden en que es prematuro aventurar la dimensión de las secuelas. Ambos mostraron una gran entereza (y hasta dosis de humor) en el aeropuerto, pero no es significativo. "Todo va a depender de su fortaleza y su personalidad. El cerebro no olvida, lo importante es archivar bien", tercia Marga Lalande, del área psicológica de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas.
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