La bendición de un "estropeador"

El poder de Enrique Morente levantó a un escaso, pero incondicional, público en la primera noche de la 44ª edición del Festival Flamenco de Almería. La afición tenía ganas de Morente y éste supo corresponder en una velada en la que no se prodigó en referencias a los asistentes, pero sí en lo que mejor hace: arte, y del todo genuino.

El cantaor granadino es único y cada sonido que emite es irrepetible. Salió al escenario con todo su grupo y formaron un círculo como si estuvieran disfrutando de una velada alrededor de la hoguera y cada cantaor improvisara alternativamente. Esta rueda de martinetes la inició el maestro y lo hizo a capela por tonás, símbolo de trabajo, sufrimiento y esfuerzo que seguía el coro con sus susurros que remataron en cantes con un homenaje al ex presidente sudafricano Nelson Mandela.

Tomatito, Arcángel y Marina Heredia forman también parte del cartel

La feria ofrece, además, conciertos de Barón Rojo y Diana Navarro

Abandonaron la rueda y tomaron asiento para continuar por alegrías y malagueñas de Antonio Chacón y su "morirse siendo amanecer", momento del día que ninguno de los asistentes hubiese importado alcanzar pasando la noche en vela disfrutando de Morente. Pasó a interpretar dos temas del álbum que ha dedicado al pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, una obra en la que ha fundido diversas corrientes artísticas. En previsión de que el público más ortodoxo no se vería plenamente satisfecho, quiso disculparse de antemano, sobre todo, con su amigo "y gran aficionado" Pedro Segura, al que le dedicó la primera soleá picassiana. "Espero que los aficionados antiguos sean tolerantes y perdonen a los estropeadores como yo", compartió con su público, absolutamente entregado.

Continuó con seguiriyas y varios tientos para encarar la recta final colocando a su banda en la posición ritual inicial (en círculo frente a la hoguera) ofreciendo un popurrí de bulerías y soleás en las que le acompañaron, al cante, Ángel Gabarre, Antonio Carbonell y su hijo, el joven Enrique Morente. Al toque, David Cerreduela, con gran clase y elegancia, y su hijo Israel Cerreduela en una de las segundas guitarras. Bandolero, al cajón y las percusiones, y Pedro Gabarre e Isaac de los Reyes, a las palmas y baile, conforman la banda de Enrique Morente.

Antes que el granadino subiera al escenario lo hizo el almeriense Juan Gómez, un gran amigo "del maestro", como se refirió a Morente, e interpretó malagueñas, tarantos, seguiriyas, soleas, tientos tangos y fandangos acompañado por el guitarrista Antonio Luis López. Ambos lo hicieron en homenaje a Rafael Romero El Gallina.

Espectacular en cartel es también la segunda noche del festival. Ayer estaba previsto que actuaran el almeriense José Fernández Torres Tomatito, y su grupo, compartiendo escenario con Vicente Soto Sordera (con Manuel Valencia al toque), Rocío Segura y Argentinita en la velada denominada Arte jondo.

No hay festival sin Tomatito, el almeriense de Pescadería que siempre será aclamado por su arte y particular manera de entregarse al público que, recientemente, ofreció un espectáculo inolvidable en Fondón. Allí compartió escenario con su hijo y su nieto en una cita bañada con la voz de José Mercé.

El festival -que se celebra en el patio del colegio La Salle- se cierra hoy en la noche denominada Flamenco para todos y en cuyo cartel están Arcángel, acompañado de Miguel Ángel Cortés; Marina Heredia, con la guitarra de Luis Mariano Renedo, y Jara Heredia y Anabel Rivera en los coros y palmas, y Alfonso Salmerón, con la guitarra de Rafael Andújar.

Concluye así el Festival de Flamenco de la Feria de Almería, pero no las actuaciones musicales que, de otro palo, continúan mañana con Barón Rojo y el día 28 con una original cita: la cantante Diana Navarro actuará acompañada por la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL) en el Palacio de los Juegos Mediterráneos, junto al recinto ferial.