Lastrado por los percances
La grave cogida del pasado domingo en Bilbao se suma a la ya accidentada carrera como torero de Sergio Aguilar
La suerte no es una habitual compañera de viaje de Sergio Aguilar. A sus 30 años, la espeluznante cogida en la garganta que el torero madrileño sufrió anteayer en Bilbao es el cuarto percance serio que padece, que le han ido lastrando una carrera que siempre ha llamado la atención de los aficionados más duros.
Como novillero, apuntó buenas maneras y el mismo día de su presentación en Las Ventas llegó su primer encuentro con la mala suerte. Una inoportuna voltereta reventó su rodilla, con rotura de todos los ligamentos. Se marchó a Houston (EE UU), donde pasó siete meses hasta que la articulación le quedó recompuesta.
Con apenas 20 años, regresó a los ruedos. La afición de Madrid le esperaba con el cariño de volver a ver a ese novillero que le había sorprendido. Y de nuevo llegó un inoportuno parón. Novillada en Arganda del Rey y Aguilar sufrió otra voltereta en la que se fracturó la segunda y la tercera vértebra. Consecuencia: tres meses convaleciendo en un cama. Por apenas un centímetro esquivó quedar el resto de su vida confinado a una silla de ruedas, le dijeron entonces los médicos.
El diestro madrileño estuvo a punto de quedarse inválido antes de su alternativa
A medianoche, se cruzan los jóvenes con los mayores que regresan a casa
Por fin, su lenta carrera, dirigida ya por Antonio Corbacho, vio el horizonte de la alternativa. Sería en Las Ventas, su casa, ante una corrida de Pablo Romero, con Joselito como padrino. Días antes, sufre otro percance en un tentadero y se fractura el peroné. Era para tirar la toalla, pero el diestro acudió de nuevo a los médicos y, a base de férulas y protecciones, pudo tomar la alternativa con el hueso fracturado y el pie hinchado. Calzó una zapatilla dos números mayor.
Después, con el título de matador ya en la mano, llegó la larga recuperación del peroné y el oscuro peregrinaje de quien debe abrirse camino en esta difícil profesión.
Ocho temporadas desde su alternativa dan paso a un año 2010 casi relegado a triunfos en Francia, donde de verdad contratan al torero que no defrauda, y actuaciones en Valencia, Las Ventas, Pamplona y Bilbao, donde se lidia el toro duro, al que no se apuntan las figuras. Su actual apoderado, Mateo Carreño, se fijó en él tras dos triunfos en modestas plazas madrileñas y un éxito en Vic Fezensac, en el país vecino, ante toros de Escolar. Carreño le ha dado además unos respiros con tardes de Santander, Tafalla y San Sebastián con unas corridas más comerciales.
La grave cogida de Vista Alegre supone un nuevo parón cuando Aguilar comenzaba de nuevo a despuntar en su carrera. La convalecencia no se prevé ahora tan larga como en sus anteriores experiencias, pero habrá que esperar a conocer cómo evoluciona el torero, dada la importancia de las zonas en que ha resultado afectado. Desde luego, si alguien sabe cómo superar las adversidades es Sergio Aguilar.
Más información en la página 42
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