De 'Perdidos' a la subasta
Los fans de la serie pujan por una camiseta de Jack o el fuselaje del avión
Después del polémico y esperado final de una de las series con más devotos de la historia de la televisión ha llegado la hora de la liquidación por cierre. Perdidos acabó, de forma tan enigmática como comenzó, el pasado 23 de mayo, después de seis temporadas. Aquellos fans que han analizado cada episodio, que han tratado de inspeccionar cada milímetro de pantalla, que siempre han buscado el sentido oculto en cada gesto o palabra de sus personajes, tienen ahora la oportunidad de adquirir las fuentes de tantos enigmas y quebraderos de cabeza.
Los productores de la serie mantuvieron este fin de semana en Santa Mónica (California) una subasta de 1.100 artículos empleados en la serie. La organizó la casa de subastas Profiles in History, desde el sábado y hasta ayer por la tarde (la pasada madrugada en España). Se podía participar en persona, por teléfono o Internet. A falta de las pujas finales, se habían inscrito en la subasta participantes de 47 países diferentes.
Entre esos tesoros están dos sillas de ruedas que usaba John Locke, una antes de recuperar la movilidad en las piernas tras el accidente y otra en una de las tramas paralelas en el tiempo. Para los más mitómanos, hay ropa de todos y cada uno de los personajes principales. También las camisetas -sudadas y sucias- que usaba Jack Shephard en la isla. Y su diploma de licenciado en Medicina. También el traje de noche negro que lleva Kate en el último episodio, en su reencuentro con el propio Jack.
Se vendía, de la sexta temporada, el billete de lotería de Hugo Hurley Reyes, con los números 10, 28, 44, 53, 77 y 80 impresos en él. Y el cheque gigante, por importe de 187 millones de dólares, que le entregaron como premio. Los vendedores estimaban que el precio de estos productos rondará los 300 euros. Más caro será el Chevy Camaro rojo que luce en los flashbacks de algunos episodios, comprado con el dinero de ese premio: se esperaba que llegara a los 20.000 euros.
Perdidos fue una serie prolija y rica en detalles. Los objetos a subasta así lo demuestran. También se podía pujar por la butaca del avión de Oceanic que Sawyer convierte en silla de playa en la isla, además de un trozo de morralla de ese mismo avión y el pasaporte de Benjamin Linus. Toda una serie de parafernalia de la Iniciativa Dharma, como latas de cerveza o cajas de galletas con el logo de esa institución. Y falsos carteles del grupo Drive Shaft, en el que tocaba Charlie.
Otros artículos son de difícil acomodo en casa. Por ejemplo, el pie que queda como resto de una estatua de la deidad Taweret, que tanto debate suscitó a lo largo de la serie. Mide un metro y medio de altura -menos de lo que parecía en pantalla- y es de poliuretano. Se esperaba que se vendiera por entre 300 y 450 euros. Los organizadores cuentan con recaudar, en total, unos 780.000 euros, según la revista Variety.
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