En busca de refugios
El Ibex 35 pierde un 1,77% en la semana y acaba en 10.094,3 puntos
No hay forma de que los mercados se libren de las dudas y la incertidumbre sobre la recuperación económica. Cualquier mal dato o pronóstico mínimamente pesimista sirve para amargarles el día a los inversores y teñir de rojo los índices de la renta variable. Para evitar disgustos, andan buscando activos considerados más seguros en los que poner el dinero. Y cuando de buscar refugio se trata, es fácil encontrarse con el bono alemán o con el oro.
Si el dinero huye de la renta variable, la lógica dicta que los índices caen. Y eso es lo que ha pasado esta semana con el Ibex 35. Perdiendo fuelle a medida que pasaban los días, el selectivo español ha perdido al final un 1,77% y ha quedado en 10.094,3 puntos. El viernes, por un momento, incluso estuvo amenazada la barrera de los 10.000 puntos y cayó hasta los 10.020.
Las ventas mayoritarias de esta semana -solo ocho valores de 35- han llevado al Ibex a acumular un retroceso en lo que va de año del 15,46%.
Por valores, el mejor parado de la tercera semana de agosto ha sido la farmacéutica Grifols. Ha avanzado un 6,25%. Le siguen, a la par, Ferrovial e Inditex, con gananciasd el 3,15%.
Entre los perdedores de la semana, la banca. Y ya se sabe, si el sector financiero de la Bolsas española sale damnificado, es muy difícil que los números rojos no se impongan. Además, uno de los bancos que más ha perdido es el Santander. El segundo valor bursátil español ha perdido un 3,28% de su valor, y no ha encontrado el contrapeso de Telefónica, que también ha cerrado la semana en negativo (-2,19%). De hecho, ambos -cuyo peso específico en el Ibex supera el 40%- lo han hecho peor que el conjunto.
La renta variable del resto del continente también ha registrado pérdidas. Y en algunos casos por encima de las españolas. El paneuropeo EuroStoxx 50 se ha caído un 2,39% y el CAC 40 francés, un 2,39%.
En medio de este escenario bursátil, la rentabilidad del bono alemán ha caído esta semana a un mínimo histórico. Es el valor refugio por antonomasia de los inversores europeos, así que se ha disparado su demanda. En los mercados secundarios de deuda, la rentabilidad del bono a 10 años estaba el viernes en un 2,271%.
Y como en este mercado hay mucho de la teoría de los vasos comunicantes, la caída de la rentabilidad del bund se traduce en un aumento de la prima de riesgo con el resto de bonos: la del español acabó el viernes en 178 puntos básicos.
Por lo que respecta a los mercados de divisas, el euro siguió en horas bajas. Las palabras del presidente del Bundesbank en las que afirma que todavía eran necesarias las medidas de liquidez para la banca europea extendieron el temor de que todavía haya entidades con necesidad de efectivo. La consecuencia inmediata fue la caída de la cotización de la moneda europea frente al dólar.
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