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El presunto homicida de la riña de tráfico se trajo la pistola de Sudáfrica

Ángel Ortega llevaba el arma de forma ilegal, ya que carecía de la licencia

F. Javier Barroso

Ángel Ortega Somolinos, el hombre de 76 años acusado de matar a tiros a una mujer de 55 años tras una discusión de tráfico en el distrito de Ciudad Lineal, se trajo el arma de Sudáfrica, donde estuvo trabajando durante unos 25 años. Así al menos se lo ha explicado a los agentes que investigan el caso, ante los que se ha negado a declarar de manera oficial, según informaron fuentes policiales. Hoy está previsto que pase a disposición judicial acusado de los delitos de homicidio y de tenencia ilícita de armas.

La pistola que utilizó fue una Star del calibre 7,65. Este tipo de arma lo usó durante mucho años el Ejército. Después fue sustituido por el calibre nueve corto y nueve milímetros Parabellum. Durante su detención, Ortega dijo a los policías que era ex guardia civil, pero comprobaciones posteriores demostraron que nunca había estado en el instituto armado. Durante unos 25 años estuvo trabajando como mecánico ajustador en Sudáfrica. En uno de sus viajes de vuelta a España, metió de manera ilegal la pistola en el país, según él mismo ha declarado.

El detenido ha mostrado "una enorme sangre fría", según la policía

El arma fue recuperada por los agentes de la comisaría de Retiro que le arrestaron. Ha sido remitida al servicio de balística de la Policía Científica para su estudio pormenorizado, según explicaron fuentes del caso. También se cotejará con los casquillos recogidos en el lugar del tiroteo, en la calle de Francisco Villaespesa, en el barrio de Ascao.

El detenido no ha declarado ante los policías. Fuentes de la investigación aseguran que se ha mantenido "distante en todo momento, con una actitud que casi roza la insolencia y con una sangre fría impresionante". Tan solo ha respondido a algunas preguntas con monosílabos y ha preferido guardar silencio. "No se ha inmutado en ningún momento ni ha mostrado ninguna señal de arrepentimiento", destacaron fuentes policiales.

El presunto homicida fue detenido por los agentes de un radiopatrulla del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) en la ronda de Valencia, que le dieron el alto. Los agentes le preguntaron si sabía lo que acababa de hacer. El hombre estaba "muy trastornado" y no recordaba nada de lo ocurrido unos minutos antes. "Estaba completamente ido, muy atontado y no opuso resistencia en ningún momento", añadieron fuentes de la investigación. En un principio, fue trasladado a la comisaría de Retiro, donde se le leyeron los derechos. Después fue conducido a la Brigada Provincial de la Policía Judicial.

La detención se produjo gracias a que un hombre siguió en su vehículo al Ford Focus negro propiedad de Ortega. Le siguió durante todo el recorrido y fue dando los nombres de las calles por las que huyó a un operador del 091 (teléfono de emergencias del Cuerpo Nacional de Policía) a través de su teléfono móvil. Este agente gritaba en alto las calles para que el resto de compañeros supieran en todo momento por dónde huía el autor de los disparos. Cogió varias calles, entre ellas Doctor Esquerdo. Se saltó varios semáforos en rojo y estuvo a punto de provocar más de un accidente. El detenido carece de antecedentes policiales.

Los agentes del Grupo X de Homicidios están investigando el motivo que desencadenó la disputa de tráfico. Algunos testigos relataron que la discusión comenzó porque Ortega no arrancó durante un semáforo en fase verde, mientras que otros aseguran que la riña se inició por la disputa de una plaza de aparcamiento.

Mientras, la forense practicó la autopsia al cuerpo de María Luisa Santana. La víctima presentaba dos heridas por arma de fuego. Una bala le entró en la parte media del cuello y quedó alojada en el cerebro. El segundo proyectil (el que le descerrajó, supuestamente, Ortega cuando ya estaba en el suelo) le entró por el pecho.

El juez permitió que la mujer sea incinerada hoy. Será en el crematorio de El Escorial. La capilla ardiente se instaló ayer por la tarde en el tanatorio de San Isidro. El compañero de la víctima, el argelino Abdon Lain, de 56 años, y los dos hijos de la víctima, de 18 y 32 años acudieron por la mañana al Instituto Anatómico Forense para hacerse cargo del cadáver. No quisieron hacer declaraciones a los periodistas. De hecho salieron por una puerta lateral en la que un familiar metió su coche. Se montaron directamente y se taparon la cara para no ser reconocidos.

Un mecánico formado en Pacífico

"He llorado mucho por esa mujer. Aunque no es de mi familia, era un ser humano y no tenía por qué acabar así". Estas palabras las dice Dolores, la hermana de Ángel Ortega Somolinos, el presunto homicida de 76 años que disparó contra María Luisa Santana Martínez, de 55 años. "Pero, ¿cómo ha podido terminar así Ángel, que nunca ha hecho nada en la vida?", se preguntaba con una voz lacónica la mujer, de 74 años.

Residía en la provincia de Cáceres, la familia Ortega Somolinos es oriunda de la provincia de Cuenca. Sus padres y los cuatro hermanos (uno ya fallecido) llegaron a Madrid cuando tenían entre cuatro y ocho años. Residieron durante muchos años en el distrito de Puente de Vallecas. "Mi hermano aprendió el oficio de mecánico ajustador en una escuela de maestranza que había en la zona de Pacífico. Allí estuvo algunos años hasta que aprendió su trabajo", recordaba ayer Dolores. Cuando ya supo el oficio, se marchó a Sudáfrica, donde residió unos 25 años.

"Cuando regresó, la familia ya se había trasladado al distrito de Hortaleza. Se encargó de cuidar a mis padres, pero, cuando estos fallecieron, malvendió el piso y nunca nos ha dicho ni dónde vivía ni lo que hacía ni nada. No quería saber nada de la familia", afirmaba la hermana pequeña de Ángel Ortega. "Lo que más me duele es que haya hecho esto justo cuando es tan mayor. Me ha causado un gran dolor que lleve un arma y que mate así a una mujer. No entiendo el porqué", concluyó la mujer.

En este tiempo ha estado alejado de algunos familiares. Con el que ha mantenido algún contacto, es con el otro hermano, Sixto, que reside en Leganés. "No tengo ni idea de lo que ha pasado. No he podido hablar con él, porque todavía no sé ni dónde está", afirmó Sixto al otro lado del teléfono. El hermano aseguró que está enfermo, al igual que su esposa, y que no puede ocuparse de una cosa tan grave como la que, supuestamente, ha cometido Ángel.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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