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Se reabre el sumario del doble asesinato de O Ceao

La hermana de una de las víctimas espera aclarar el caso 16 años después

La cajera María Elena López Rodríguez, de 32 años, y el reponedor Esteban Carballedo Teijeiro, de 26, murieron abatidos a balazos en una nave de distribución de alimentos del polígono lucense de O Ceao hace 16 años. La instrucción del caso languideció en este tiempo tras pasar por manos de seis magistrados. Ni siquiera fue llamada a declarar la mujer que encontró los cadáveres acribillados, Isabel López Rodríguez, hermana de la cajera, a quien la peripecia de estos 16 años ha reconvertido en una suerte de hermana coraje, hasta conseguir que el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo reabra el caso, en el que ella espera se produzca un giro de 180 grados.

Fue el 30 de abril de 1994, sábado, en el almacén de Cash Récord. Los atracadores se llevaron cinco millones de las antiguas pesetas de la caja, unos 30.000 euros. A Esteban Carballedo y María Elena López se los llevó el misterioso torbellino de los disparos. Isabel, la hermana de la cajera, encontró sus cadáveres y, desde ese momento, puso el asunto en manos de un abogado para que realizase todas las gestiones necesarias con el fin de que la investigación diera sus frutos.

La investigación languideció tras pasar por manos de seis magistrados

"El robo no fue el móvil del asesinato", afirma, aunque tampoco ofrece ninguna otra posible motivación. "No sé si iban a por alguien o si simplemente fue una coincidencia. Mi hermana ni siquiera había ido a trabajar por la mañana y a su compañero Esteban le habían llamado de improviso, ya que en principio era su día libre", señala Isabel López.

Seis magistrados asumieron la instrucción en estos 16 años. Uno de ellos, buscando pruebas, comprobó el ruido en el exterior que podría hacer un tiro disparado dentro de la nave. Isabel no vacila al señalar algún motivo oculto para que todos ellos paralizasen la investigación: "No sé si es porque alguien cercano a la propia policía pudiese estar implicado en el mismo", dice.

No se encontró el arma homicida. Los casquillos hallados eran de 9 milímetros parabellum, posiblemente percutidos por una Star BM, que era la que entonces utilizaba la Guardia Civil y que también se emplea en tiro olímpico. Fue investigado un agente que luego del suceso se trasladó a Barcelona.

Otra de las líneas de investigación se centró en dos delincuentes comunes de A Coruña que habían comentado con un ladrón de Lugo su intención de dar un golpe importante en O Ceao. El primer juez del caso ordenó intervenir los teléfonos de ambos sospechosos durante aproximadamente un mes, pero las escuchas no siguieron porque los sospechosos, implicados en otros delitos, ingresaron en prisión.

Isabel asienta sus sospechas de negligencia judicial en el hecho de que ni siquiera ella fue llamada a prestar declaración, pese a haber sido quien halló los cadáveres. Tampoco se siguió la pista de un testigo que había asegurado entonces haber visto un coche sospechoso rondando O Ceao.

El caso acabó por estancarse, hasta que Isabel López inició una huelga de hambre, el pasado 30 de abril, cuando se cumplió en el décimosexto aniversario de los asesinatos. Exigió reunirse con todos los estamentos implicados en la investigación, es decir, Guardia Civil, Policía Local, Policía Nacional y el subdelegado de Gobierno en Lugo. Tras cuatro días en ayuno, consiguió lo pretendido y las investigaciones fueron reactivadas cuando solo faltan cuatro años para que prescriba el caso, "pero tengo la esperanza de que todo se resolverá pronto", confía.

Ya ha declarado el testigo que se percató del coche sospechoso, con matrícula de A Coruña. Él mismo se puso en contacto con Isabel durante su huelga de hambre y le contó lo que había visto. La policía no consideró importante su testimonio entonces, pero ahora, "se ha decretado secreto el sumario justo después de su declaración, por lo que confiamos en que esta tenga relevancia".

Isabel se muestra animada "a dar caña" en septiembre, cuando se reanude la actividad en los juzgados. No duda un instante en reconocerse aliviada de que los agentes que continúan con la investigación "ya no sean los que la empezaron, porque seguramente algunos de ellos fueron los causantes de la paralización". También considera relevante que se haya destinado al caso a agentes con dedicación exclusiva en él, "como ya ha sucedido con otros asesinatos similares".

Aunque reitera una y otra vez que hubo muchos problemas y que estos "fueron culpa de la policía", acude al dicho popular que mantiene que "rectificar es de sabios", para atribuírselo a las fuerzas de seguridad y mostrar su confianza e ilusión en el nuevo proceso de pesquisas que se inicia. "Hay cosas que ya no se pueden solucionar, como la recogida de huellas, que nunca se llevó a cabo, pero hay nuevos medios", en los cuales Isabel López pone toda su confianza.

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