_
_
_
_
HISTORIAS DE UN TÍO ALTO | Faltan seis días para el Mundial de baloncesto
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un equipo mediocre

El equipo que enviará mi país (1) al Mundial de baloncesto no es tan bueno ni tan interesante como muchos esperaban. LeBron James, Kobe Bryant y Dwyane Wade lo verán desde sus respectivas casas palaciegas. Por eso el equipo vestido de rojo, blanco y azul no se lleva demasiado "poder estelar", como solemos denominarlo. A menos que contemos a Khloe Kardashian (2).

(1). Estados Unidos, por si lo han olvidado.

(2). Para los no iniciados, las Kardashian son tres hermanas famosas por su atractivo (lo cual es debatible, a mi juicio), su fama (redundante, lo sé) y su riqueza (qué americano). Una de ellas está casada con Lamar Odom.

Mientras examino rápidamente la plantilla, no puedo evitar preguntarme si se ha confeccionado con la mediocridad en mente. A lo mejor el presidente Obama ha visto la oportunidad de reparar la imagen de Estados Unidos y ha llamado a Bryant, James y Wade para decirles que no jugaran.

Más información
"Se lo robaría todo a Kobe Bryant"
Marc ya es Gasol

No tardo en desterrar esos pensamientos. Los estadounidenses somos inteligentes, pero no tanto. Nuestras estrellas no jugarán por las mismas razones por las que no suelen jugar: necesitan descansar, no ganan dinero con ello y el baloncesto internacional es mucho menos importante que aparecer en programas de telerrealidad y salir de marcha en Las Vegas.

Pero, en contra de la creencia general, el hecho de que el equipo estadounidense no sea bueno o, al menos, no el favorito es un acontecimiento positivo. Para nosotros, en cualquier caso.

Aunque mi país está pasando una mala racha (¡gracias, AIG!), el mundo sigue viendo a Estados Unidos como una versión de Augustus Gloop, el niño gordito y malcriado de Charlie y la fábrica de chocolate (3).

(3). No sé si este libro / esta película es muy conocido/a en la cultura española. Si no lo es, lamento esta críptica referencia.

No está mal que el mundo adopte esta visión. Esta misma mañana, he visto una pegatina en un coche en la que aparecían dos águilas rojas, blancas y azules gritando (4) y las palabras "suckin' gas and haulin' ass" o "tragando gasolina y dando por c...", aunque una traducción más aproximada sería: "Me importa un bledo el medio ambiente y me importas un bledo tú" (5).

(4). Al igual que el Tercer Reich alemán, reivindicamos el águila como nuestra mascota.

(5). Como todavía es ilegal arrojar una granada de mano a un vehículo ajeno, el hombre en cuestión sigue vivo.

No todos los estadounidenses son como ese hombre, pero demasiados sí lo somos. Estamos mal informados, viajamos poco y, en muchos casos, estamos con el agua al cuello (6).

(6). Así es como nos referimos a alguien que paga más por su casa de lo que vale.

Ojalá pudiera decir que estamos mejorando. Pero no creo que sea así, motivo por el cual es beneficioso que James, Wade y Bryant no estén en Turquía. Si estuvieran, la información sobre el acontecimiento en los medios estadounidenses sería, si no "exhaustiva", sí "pormenorizada". Dicha información, sumada al hecho de que, si James, Wade y otros jugaran, los estadounidenses tendrían más probabilidades de ganar, significaría que la opinión colectiva de la afición estadounidense respecto a que Estados Unidos es mejor que el resto del mundo estaría justificada. Aunque "mejor en baloncesto" no tenga nada que ver con "mejor en general".

Así, pues, mientras me preparo para el espectáculo, la alegría y el espíritu competitivo que ofrecerá el Mundial, no lamentaré la ausencia de unos cuantos jugadores famosos y la consiguiente falta de atención que se presta al torneo. Por el contrario, respiraré aliviado. Porque a lo mejor lo que necesitamos mis feos conciudadanos y yo es un poco menos de atención (7).

(7). Eso y una verdadera cobertura sanitaria universal. Pero, bueno, tampoco es que eligiéramos a nuestro presidente con la esperanza de que hiciera algo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_