El BCE marca el paso

Los mercados son dados a interpretar las palabras de los augures que les merecen mayor respecto y actuar en consecuencia. Ayer el adivino que miró en las entrañas de las cifras y las finanzas y habló es uno de los que puede hacer temblar al índice más robusto: Axel Weber, el presidente del Bundesbank, probable sustituto de Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo y miembro de su consejo. Cree el banquero central alemán que todavía no ha llegado el momento de retirar la ayuda a los bancos de la zona euro para mantener bajo control las tensiones de liquidez.

Para los que se mueven los mercados, esta reflexión quiere decir que todavía hay bancos con dificultades de financiación. Y a partir de ahí, los problemas se cebaron con las Bolsas y con el euro.

Para el Ibex la jornada fue nefasta. Solo dos valores escaparon a las pérdidas. Y en algún momento de la sesión se llegó a pensar que el índice selectivo podía caer por debajo de los 10.000 puntos. Al final, la sangría se contuvo en parte y cerró en 10.094,3. Retrocedió un 1,4%.

El dúo que escapó a los números rojos lo hizo por poco: la textil Inditex, que ganó un 0,15%, y la firma de ingeniería Técnicas Reunidas, un 0,03%. Del otro lado, los 33 restantes, acaudillados por el grupo constructor y de servicios Acciona, que perdió un 3,32%. Le siguió Gamesa. El fabricante de aerogeneradores cayó un 3,06% y volvió a figurar entre los grandes damnificados de la jornada. Completó el podio negativo Bankinter (-2,87%).

Las palabras de Weber llevaron a los inversores a buscar los valores considerados como refugio. Y ahí aparece el inevitable bono alemán. Bajó la rentabilidad del bund -es decir, el precio que tiene que pagar el Estado germano para endeudarse- y aumentó la prima de riesgo con el resto de países, entre ellos España. El diferencial de bono español a 10 años con el alemán llegó, de nuevo, a los 178 puntos básicos. Así se diluyeron en parte los efectos benéficos del éxito de la subasta de letras del pasado martes, que había aliviado la tensión sobre la deuda española.

Tampoco el euro tuvo un buen día. La divisa europea retrocedió posiciones frente a la moneda estadounidense. Un euro llegó a cambiarse por 1,27 dólares, regreso a los niveles marcados a comienzos del pasado mes de julio.