Los partidos presionan a Batasuna al advertir de que "se acaba el tiempo"
Los radicales mantienen la apuesta por las vías políticas sin condenar los sabotajes
El silencio de la izquierda abertzale ante la sucesión de actos de violencia callejera en el País Vasco está erosionando la credibilidad de su nueva oferta política, al tiempo que compromete la futura acción compartida con Eusko Alkartasuna. Quizá por ello los radicales emitieron ayer un comunicado para decir que siguen apostando por las vías pacíficas "sea cual fuere el móvil de los hechos acaecidos en los últimos días".
La quema de dos contenedores en el barrio Zaramaga de Vitoria ha elevado la permanente escalada de atentados de baja intensidad de los últimos días, que sigue sin recibir la crítica de los radicales y que, de paso, alimenta la presión del resto de partidos sobre el entorno de Batasuna. "Se acaba el tiempo para entrar en el sistema", les advirtió ayer Óscar Rodríguez, secretario general del grupo parlamentario del PSE-EE.
Urkullu sostiene que los últimos ataques responden a una estrategia de ETA
El alcance controlado de la kale borroka ha alimentado la polémica sobre el posicionamiento de la izquierda abertzale ante la violencia. La sistemática quema de contenedores, principalmente, a la que se unió el ataque contra camiones en Andoain, no son identificados, desde la óptica radical, como muestras de "violencia etarra" que les obligue a un posicionamiento nítido. Es decir, no alcanzan el significado de un atentado cualitativo que sí pondría a prueba la capacidad de respuesta de Batasuna en base al contenido de su nuevo pronunciamiento político en favor de las vías pacíficas. Esta tesis le permite asegurar en su escrito de ayer que "cualquier acto que rompe esta estrategia se sitúa fuera de la misma".
Sin embargo, para el resto de las fuerzas políticas, la quema de contenedores es una muestra más de que violencia sigue instalada en el País Vasco y de que no existe voluntad entre los radicales de decir "basta". El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, lo tiene muy claro y asegura que esta violencia responde a "una estrategia de ETA". Así lo dejó escrito en su blog, donde expresa su reconocimiento a la labor que durante 30 años ha desarrollado la Ertzaintza y sus responsables en su labor contra toda violencia y, en especial, "contra la violencia con supuestas justificaciones", señaló
También lo tiene muy claro el alcalde en funciones de Vitoria, Juan Carlos Alonso, lo tiene muy claro: "Sabemos que si los jefes tocan la corneta y mandan parar se paran y si les mandan arrancar, arrancan, por lo tanto no engañan a nadie", dijo después de invitar a "quienes hablan de cambio de ciclo o hacen análisis sobre las expectativas de cierta civilización por parte de la izquierda radical" a que "vayan a ver las cenizas" de los dos contenedores quemados.
Precisamente en base a esta supuesta capacidad de control que se ha venido asociando con el paso de los años de Batasuna sobre los autores de estos sabotajes callejeros, algunos políticos centraron sus mensajes para advertir a este sector que "se acaba el tiempo y la credibilidad para ser admitidos en el sistema de libertades", como declaró ayer Óscar Rodríguez. La diputada de NafarroaBai (NaBai), Uxue Barkos, también recordó a la izquierda abertzale que "si se quieren dedicar a la vía polítca" es "absolutamente básico" que condenen los "actos de kale borroka". Para el parlamentario socialista, "el abertzalismo radical sigue sin hacer sus deberes para ser admitido en el sistema democrático con todas las consecuencias porque está perdiendo todas las oportunidades para condenar la violencia", añadió.
Desde el sector directamente concernido evitan cualquier pronunciamiento sobre "el móvil de los hechos acaecidos en los últimos días", aunque, eso sí, lo enmarcan "en un contexto en el que la dinámica de reivindicación de los derechos que le son conculcados a Euskal Herria y a los presos políticos vascos se ha convertido en el eje del verano, contando con una gran respuesta movilizadora". Precisamente esta radiografía induce a pensar a la izquierda radical "que tras estos actos se esconde una intencionalidad política de romper la dinámica reivindicativa", al tiempo que denuncian "la utilización política" que hacen de dichos actos Interior del Gobierno vasco, los alcaldes de "algunos" municipios y "la mayoría" de los partidos y de los medios de comunicación".
Sigue el escepticismo
Como era previsible, las fuerzas políticasescépticas con el giro político de Batasuna criticaron con dureza el silencio al que se asiste a la hora de enjuiciar los atentados callejeros de los últimos días en el País Vasco.
Desde el PP, su líder, Antonio Basagoiti, entiende este rebrote de la
kale borroka
porque "Batasuna se engorda con los Currin, EAs, reuniones con el PNV, las expectativas en las cárceles o las esperanzas de procesos". A juicio de Basagoiti, "el fin del terrorismo y la paz y la libertad en el País Vasco sin inversalmente proporcionales a las esperanzas de ETA-Batasuna".
Y desde el PSE-EE se alimentan las dudas sobre la auténtica intención política de Batasuna, al tiempo que se apuesta por la política de "tolerancia cero" ya que, como recordó ayer Juan Carlos Alonso, alcalde en funciones de Vitoria, "está dando unos resultados formidables y hace que estos episodios violentos sean cada vez más esporádicos". Para éste, "la inmesa mayoría de los vitorianos siente repugnancia ante estos desequilibrados que han pegado fuego al mobiliario urbano".
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