Fiesta de unos, insomnio de otros
Vecinos del espacio más concurrido de la Semana Grande donostiarra se quejan del ruido y la suciedad por los conciertos
Zuri tiene, como decía ayer, "la suerte de poder marcharse" para evitar los problemas que le causan las fiestas de San Sebastián. "Llevo viviendo dos años aquí y esta época es insoportable. En todo momento, incluso a primera hora, hay ruido". La joven indicaba, asimismo, que no entiende "por qué los conciertos no se organizan en el Paseo Nuevo, como antes" y comentaba que "una vez llamamos a los municipales y quien nos atendió vivía en la zona y nos dijo que no había nada que hacer".
Ayer, junto al muro de Sagüés, se extendía una explanada sin objetos desparramados por el suelo, pero con olor a vino. Las txosnas esperaban a la noche con la persiana bajada y, por el escenario que han pasado Los Planetas, Delorean, The Wailers, Los Suaves y actuarán Maldita Nerea, Betagarri, Loquillo y Kiko Veneno, desfilaban varios operarios.
Los eventos masivos se han trasladado en los últimos años a la zona de la Zurriola
Desde hace bastantes años, el espacio de Sagüés se ha convertido en el lugar escogido para los conciertos más multitudinarios de la Semana Grande de San Sebastián y, a la vez, esto se ha extendido a otros eventos de la ciudad. Ahora, 16 años después de la creación de la playa de la Zurriola, prácticamente la mayoría de los eventos que más gente arrastran se celebran en esta zona. El Escenario Verde del Jazzaldia, la Quincena Musical, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián o los campeonatos de surf son sólo algunos ejemplos de una tendencia que parece no tener freno ni competencia. No olvidemos que este año se han suprimido las verbenas del Paseo Nuevo por falta de afluencia de público.
Pero, ¿cómo acogen los vecinos de Sagüés la utilización de este espacio, especialmente en las fiestas de la ciudad?
"Yo tengo la suerte de poder dormir bastante bien, porque mi ventana da hacia el patio interior, pero, pese a todo, sigo oyendo el ruido por la noche. En ocasiones, me pregunto si no se podría encontrar una explanada grande con menos edificios alrededor", comentaba ayer Olga en su portal. "Lo que más me molesta, es que a la salida de casa se pongan a tocar hasta altas horas, a cantar y a gritar. Aun y todo, creo que los servicios de limpieza trabajan muy bien para dejarlo todo limpio por la mañana", añadía.
El dueño de un bar de la zona se mostraba más indignado y explicaba que, aparte del ruido, otro problema que se presenta es el del hedor a orina al abrir las mañanas. "Es insoportable. Encima de que por las pruebas que hacen por la tarde, no podemos ni echar la siesta, tampoco podemos dormir por las noches". A la vez, el hostelero también lamentaba que "mientras que las txosnas pueden abrir hasta altas horas, a nosotros nos obligan a cerrar por ley a las 2:30 de la madrugada. No es justo". En este sentido, el responsable del bar se quejaba de que "no podemos montar barras en las que servir por la noche y acabamos dejando pasar a todo el mundo al baño. De el pastel de las fiestas de la Semana Grande tenemos que comer todos", concluía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.