"San Sebastián se merece una gran Semana taurina"

Tan sólo ha pasado una década desde que el gran sueño de la familia Chopera, devolver los toros a San Sebastián, se hizo realidad. Manolo Chopera levantó los brazos emocionado aquel día de 1998 en que se inauguró el coso de Illumbe. Doce años después, ese sueño se está volviendo pesadilla para sus hijos Óscar y Pablo, que ven cómo la Semana Grande donostiarra vive un momento complicado inmersa en conflictos políticos alrededor del ambicioso y moderno proyecto de esa plaza.

Pregunta. ¿Por qué parece tan difícil organizar la feria taurina de Semana Grande?

Respuesta. Nos frena la incertidumbre política que existe alrededor de Illumbe. Ahora se llama Donostia Arena 2016, pero se inauguró como una plaza de toros. Independientemente de que se use para otras cosas, el principal cometido de este recinto de mi ciudad es la fiesta de los toros.

P. ¿Esta situación le resta ilusión?

R. Este año acaba el contrato y no sé qué pasará. Hay demasiadas cosas alrededor como para saber por dónde saldrá la solución. Conozco bien esta ciudad y San Sebastián se merece una gran Semana Grande taurina y cuando haya un ambiente favorable, la gente volverá.

P. Parece innegable que la feria se halla en horas bajas.

R. Tampoco es así. Al principio, en San Sebastián había deseo, incluso necesidad de toros. Por eso, la ciudad acogió de una manera sobresaliente el esfuerzo que hicimos para construir esta plaza, pero después han surgido problemas políticos y sociales y las cosas se han ido frenando. Además, nos azota una crisis importante, que nos impide poner en marcha todos los proyectos pretendidos.

P. ¿Centrándonos en lo artístico, cuál es el mayor atractivo de esta feria?

R. La combinación general, porque están todos los toreros importantes, salvo José Tomás, a quien habíamos contratado para hoy. El abanico que ofrecemos es muy amplio y atractivo. Es diferente a Bilbao, por ejemplo; aquí no repite casi nadie y buscamos un panorama variado de toreros.

P. ¿Y el ganado?

R. Vienen las ganaderías que están funcionando. Ya hemos dado con el tipo de toro que queremos. Es un animal diferente al de Bilbao, Pamplona o Madrid, menos grande, con menor trapío. Buscamos ese toro parecido al de Sevilla, un animal armónico, serio, íntegro y con resultados, que embista. El año pasado, por ejemplo, no hubo ninguna devolución en el ruedo y se cortaron muchos trofeos.

P. ¿Cómo están respondiendo los aficionados en taquilla?

R. Como en casi todos los sitios. Hemos bajado en los abonos, pero vamos ligeramente mejor en venta de entradas sueltas respecto al año pasado. Con todo, aún estamos muy lejos de los números de 2000 o 2001.

P. ¿Cree que la prohibición de Cataluña puede abrir u debate similar en el País Vasco?

R. No. Los toros son una fiesta muy arraigada en el País Vasco. Es una fiesta nuestra, de nuestros pueblos, que nació desde nosotros. No creo que los políticos vascos sean tan insensatos como los catalanes para utilizar la fiesta de los toros como intercambio político. Conozco bien a los políticos vascos y nunca podrán jugar esas cartas.