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Gràcia se viste de fantasía

Un pregón alternativo y uno oficial dan el pistoletazo de salida a la cita veraniega más popular de Barcelona

La fiesta ha empezado en Gràcia. En las calles del laberíntico distrito barcelonés habitan castillos, dinosaurios, dibujos animados, arañas gigantes, piezas de Lego y bosques fantásticos. La vila de Gràcia está de fiesta mayor y los barceloneses, preparados para disfrutar de una de las citas veraniegas por excelencia de la capital catalana, que se prolongará hasta el 21 de agosto y que cuenta con un programa con 700 actividades.

Este año 17 calles estarán decoradas, una más que el pasado. Todas ellas compiten para conseguir uno de los tres premios que recibirán las mejores el martes. Enric Hernández hace 30 años que, en el meridiano de agosto, decora la calle de Joan Blanques de Baix. "Estaremos trabajando toda la noche, hasta las ocho de la mañana, como siempre", explicaba ayer por la tarde, sonriente, junto a uno de los dinosaurios multicolor que decoran la vía, convertida en un bosque fantástico. Una misma familia acaba de colocar celofán en uno de los huevos gigantes que hay en la entrada. La ilusión por resultar ganadores en el concurso sigue intacta año tras año. "En 30 años que hace desde que se volvió a decorar la calle [del 1950 a 1980 la mayoría de vías se dejaron de adornar] solo hemos ganado una vez, pero siempre quedamos finalistas", cuenta, orgulloso.

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El mundo del cómic se ha apoderado de la calle de Bruniquer. En la entrada, los héroes japoneses y los norteamericanos se enfrentan en un gran plafón. A lado y lado, aparecen todos los grandes del género: Spiderman, Superman, Batman, las Supernenas, Mortadelo... Al final de la calle, un enorme plafón tipo Porexpán muestra al cerdito Porky balbuceando el conocidísimo "That's all, folks" (Eso es todo amigos), que aparecía al final de los Looney Tunes.

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Y mientras, los vecinos, rezando para que acabe el tiempo inestable de estos días, se afanaban en acabar sus decorados, el popular cocinero Ismael Prados leía su pregón desde la plaza de la Vila de Gràcia. El chef televisivo vinculó los olores y sabores de la cocina y los fogones típicos de su profesión con los componentes típicos de las fiestas de Gracia: "las pequeñas bombillas brotando aquí y allá", el "olor del verano" y "las personas preparando las galas por las calles". Prados, que recientemente se ha hecho cargo de la dirección del restaurante Jardinets de Gràcia, alabó la idiosincrasia del distrito barcelonés. "Aquí hay una de las amalgamas culturales más grandes que he visto nunca", dijo. Tras reconocer "el largo recorrido en defensa de las tradiciones, de la lucha más comprometida contra los agentes agresivos externos" que atesora Gràcia, Prados añadió que los habitantes del barrio "son el claro ejemplo de la mejor defensa de la cultura y la identidad".

Antes del pregón oficial, una decena de antisistema de las organizaciones Festes Majors Reivindicatives y La Torna improvisaron un pregón alternativo. Un joven con gafas de sol y una peluca negra encaramado a un andamio leyó un manifiesto cubierto con una pancarta que rezaba: Gràcia viva i combativa. Bona festa major. El joven lamentó que la zona se haya convertido en la residencia predilecta de estudiantes Erasmus, amantes de la moda fashion y "pijos a quienes no les importa el barrio". El joven terminó con un "Visca Gràcia Lliure!", tras remarcar que Gràcia "no es ni Barcelona ni España".

Además del extenso programa oficial de actividades -que permitirán disfrutar desde espectáculos de teatro infantil a conciertos de rock- el barrio, donde siempre ha habido una fuerte presencia del movimiento okupa, celebra unas fiestas alternativas que este año llegan con polémica ya que el próximo sábado la Asamblea de Joves de Gràcia ha convocado una fiesta de bienvenida a Laia Riera, que esta semana saldrá de la cárcel en la que ha cumplido nueve años de condena por colaborar con ETA. Según consta en la web de la asamblea, la fiesta tendrá lugar en la plaza del Raspall, donde a las ocho de la tarde se celebrará una marcha de antorchas para defender la liberación de las "presas políticas". El líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, pidió ayer a la fiscalía que intervenga en el homenaje a Riera. El popular señaló que el acto "es una auténtica vergüenza democrática que no sólo no debe alterar de ningún modo el carácter festivo y cívico de las fiestas de Gràcia, sino que debe vetarse".

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