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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Palabras vacías

"Ante la duda, democracia". Estas fueron las palabras del presidente del Gobierno cuando la candidatura de Trinidad Jiménez aún se pretendía sin la oposición de Tomás Gómez. No fue así. Gómez, firme en su posición, dejó claro que no se retiraría sin pelear. Zapatero solo tenía una opción: presentar a su candidata y forzar la celebración de unas primarias.

En un ejercicio de honestidad, el presidente debería contestar a la siguiente cuestión: ¿Ante la duda de quién o quiénes? En el PSM, como se ha demostrado en estos días, las dudas eran escasas.

La inmensa mayoría apuesta por su secretario general y por su proyecto, el mismo sobre el que se lleva trabajando tres años en la Comunidad de Madrid. Los ciudadanos lo tenemos claro: preferimos mérito y esfuerzo a oportunismo político. ¿Quién duda entonces?

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"Ante la duda, democracia". Palabras vacías que invitan al engaño. Ni existía incertidumbre, ni faltaba democracia. No confunda su voluntad con la de los madrileños, y no nos venda oportunismo disfrazado. No lo queremos.- Álvaro Perea González. Getafe, Madrid.

Hace muchos años que los socialistas tienen en Madrid la insana y cansina costumbre de hacer las cosas mal, o de que les salgan mal, incluso cuando las quieren hacer bien.

Esta vez han permitido que ante el electorado y la opinión pública unas primarias a la Comunidad de Madrid se perciban como una guerra interna. Unas primarias que podrían y tendrían que haber sido publicitadas como un ejercicio de democracia se presentan como la arena del circo en la que uno de los dos gladiadores inevitablemente morirá.

Es una lástima que estas elecciones internas en los partidos continúen viéndose en España como una anécdota, o un mal inevitable y menor, y que cuando se celebran en vez de generar orgullo y convicción democrática produzcan tensión y malestares innecesarios.

A unas primarias no habría que ir solamente cuando la dirección regional y la central están en desacuerdo. La celebración de primarias debería ser práctica habitual, y hasta si me apuran obligatoria, en los procesos electorales.

Lo cierto es que si en vez de un partido político se tratase de una marca de refrescos, los profesionales de marketing responsables de esta chapuza estarían ya sin duda despedidos, pues de estas primarias no saldrá solamente un vencedor, sino que habrá también un gran derrotado.

Gane quien gane la batalla los socialistas ya han perdido estas primarias. Y a mí, como socialista, me parece un error de bulto, gravísimo e imperdonable.- Víctor Ovies Arenas. Granada

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