En busca de las víctimas del amianto
Sanidad aún no ha localizado a 835 ex trabajadores de empresas afectadas - El registro regional de edificios 'peligrosos' sigue sin haberse creado
¿Cuántos afectados por el amianto hay en Madrid? ¿Cuántos trabajadores han enfermado después de estar en contacto con este mineral que, por sus magníficas cualidades -barato, ligero, resistente, aislante, ignífugo- se usó generosamente en la construcción de miles, tal vez decenas o centenares de miles de edificios y en la fabricación de estufas, cocinas o secadores de pelo? La respuesta es que no se sabe. Desde luego no lo sabe la Comunidad de Madrid, la responsable de velar por la salud de esos empleados. En el registro de trabajadores expuestos a amianto, creado en 2004, figuran 5.123 personas, de las cuales 835 aún no han sido localizadas.
El objetivo del registro, alimentado con las listas de empleados de las empresas que usaron este mineral, es localizar a los trabajadores y hacer un seguimiento de su salud, con reconocimientos médicos periódicos. Hasta ahora solo se han realizado 615 de esos exámenes, de los que se encargan cuatro hospitales madrileños: La Paz, el Príncipe de Asturias, Getafe y el 12 de Octubre. Sin haber acabado las pruebas es imposible hacer un estudio epidemiológico para saber qué daño ha hecho el amianto en Madrid. "Estamos en los inicios", reconoce Carmen Álvarez, jefa del Servicio de Salud Laboral. Su registro, además, solo contempla a los ex trabajadores (jubilados, desempleados o activos pero que ya no estén en la empresa donde se expusieron) sanos; los que presentaron síntomas y acudieron a su médico no figuran.
El 10% de los trabajadores registrados murieron por cáncer
"Madrid tendrá una mortalidad importante", dicen desde la Consejería
Casi una década después de que se prohibiera este material en España sus consecuencias pueden intuirse, pero no comprobarse. A falta de datos sobre enfermedades, hay que recurrir a los de fallecidos. El primer atlas municipal de mortalidad por cáncer, publicado en 2007 por el Centro Nacional de Epidemiología, mostraba claramente un exceso de muertes por cáncer de pleura -cuya causa es casi exclusivamente la exposición al amianto, explica Leopoldo Sánchez Agudo, jefe de Neumología del Carlos III- en Barcelona (Cerdanyola) y el sur de Madrid (Getafe). Otro estudio, este con cifras y que no se había hecho público fuera del ámbito científico, es aún más escalofriante: un 10% de los 324 trabajadores del registro madrileño fallecidos hasta 2007 murieron de mesotelioma (cáncer de pleura), un tumor con una incidencia en la población general bajísima. "Los resultados obtenidos", decía el estudio, presentado en la reunión científica de 2007 de la Sociedad Española de Epidemiología, "apoyan la hipótesis de que la exposición pasada a amianto comienza a ser clínicamente manifiesta". El estudio, del departamento de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, asegura: "Queda por abordar el problema que, a corto plazo, presentarán los miles de trabajadores que inhalaron esta mal denominada 'fibra mágica".
Cantidades descomunales de amianto aún perviven en edificios de la región, la mayoría de los que se construyeron en los años sesenta y setenta. Su presencia no es peligrosa, a menos que se manipule. De ahí que sea necesaria una autorización para demoler casas en cuyas paredes existe amianto. Antes de hacer cualquier obra, la empresa que vaya a realizarla está obligada a presentar un "plan de trabajo específico con riesgo de amianto", que debe ser aprobado por la Comunidad de Madrid. En la primera mitad de 2010 se han presentado 192 planes de este tipo, de los cuales 11 fueron denegados porque no cumplían las estrictas medidas de seguridad necesarias, según la Consejería de Empleo, Mujer e Inmigración.
De esta consejería depende también un Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) en el que figuran 187 compañías, la mayoría dedicadas a trabajos de desamiantado. Lo que aún no existe es un censo de edificios, que resultaría muy útil a la hora de controlar que los derribos y las obras en los inmuebles peligrosos se realicen en condiciones. Porque, como explica Carmelo Plaza, secretario de Salud Laboral de CCOO, el sistema actual no lo garantiza: "El censo es vital. La mayoría hace la obra sin permiso, arriesgándose a que le pillen. Al menos debería existir para los edificios públicos".
"No las controlamos porque no sabemos que se hacen. Si quien las promueve no lo comunica o nadie lo denuncia, no tenemos forma de enterarnos", admitía el jefe provincial de la Inspección en 2007. Este periódico intentó sin éxito recabar la opinión del Ministerio de Trabajo. Pese a que Getafe anunció la creación del registro en 2007, aún no existe. Tampoco el regional, y eso que Javier Vallejo, director general de Trabajo, anunció también por esas fechas que se iba a desarrollar durante esta legislatura.
"Los estudios realizados hasta la fecha indican que Madrid va a tener una mortalidad importante porque es donde más se manejó el amianto", explica Carmen Álvarez. Un trabajo de la Universidad Pompeu Fabra que analizaba la mortalidad por mesotelioma entre 1977 y 2001 en toda España hacía también una predicción sobre cómo podía comportarse la enfermedad. En el periodo analizado, murieron 1.928 hombres mayores de 35 años. Las proyecciones indicaban que entre 2007 y 2016 iban a morir 1.321 más. "Los datos disponibles no permiten predecir en qué año la mortalidad empezará a descender", concluía.
Radiografías y pruebas de respiración
"No sabemos cuántos son", afirma Carmen Álvarez, jefa del Servicio de Salud Laboral. En el registro de la Consejería de Sanidad constan 5.123 personas que trabajaron en firmas que usaban amianto. "Hemos hecho una búsqueda exhaustiva, contactando con las empresas", explica. A 4.288 los han localizado (en algunos casos solo contaron con nombre y apellido para rastrearlos). De esos, 419 ya han fallecido. De los 3.867 vivos se excluye a los que ya saben que están enfermos y a los que siguen en activo (de su seguimiento se encarga el servicio de prevención de su empresa), de modo que, al final, solo se someten a los reconocimientos médicos del programa de vigilancia 2.227 personas. Hasta ahora, 615 trabajadores han sido examinados.
Los reconocimientos empezaron con los trabajadores de más edad, los que más posibilidades tenían de haber enfermado. El periodo de latencia del amianto (tiempo que pasa entre la exposición y la aparición de síntomas) puede ser de 30 años. "Hay casos de hasta 40 y 50 años", precisa Leopoldo Sánchez Agudo, jefe de Neumología del Carlos III. Pese a que su hospital lleva más de un año recibiendo pacientes del programa, no han detectado a ningún enfermo. En cambio, en el hospital de Getafe, que acogió una de las mayores fábricas de fibrocemento de España, sí han diagnosticado a trabajadores del amianto, explica la jefa de Neumología, María Antonia Juretschke. La mayoría de casos llegan al hospital por los cauces habituales (médico de familia, empresas) y no por el programa, precisa.
Los reconocimientos incluyen una historia clínica, una radiografía de tórax y una exploración funcional completa (con varias pruebas de respiración). Si se sospecha que puede haber una enfermedad pulmonar se amplía la prueba con un escáner. Lo que buscan los especialistas son patologías de pulmón (fibrosis, cáncer) y de la pleura, como el mesotelioma, un cáncer mortal. El 59% de trabajadores del registro provienen de la industria del fibrocemento; el 17%, de fabricación de frenos y embragues y el 8% de demolición y desamiantado.
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