El ascenso sale a subasta
Cualquier equipo puede jugar en Tercera División si paga los 216.693 que reclama la Federación por la plaza que deja vacante el Compostela
Jugar en la Tercera División gallega cuesta 216.693 euros y está al alcance de cualquier club federado, del Vioñoo, Lavadores, Cualedro, Sporting Lampón, Once Caballeros o Garabolos. Todos tienen vía libre si pagan. O quizás ya haya pasado su oportunidad porque, en principio, la Federación Gallega de Fútbol dio por cerrado el viernes el plazo para inscribirse en una competición que contaría con 19 equipos después de que el Compostela descendiera a Regional por impagos a jugadores.
Con todo, nada parece decidido en un sainete en el que los plazos se cierran y se prorrogan y en el que además el Lalín ha logrado que el Comité Galego de Disciplina Deportiva admita a trámite una reclamación para ocupar esa vigésima plaza. Argumentan que fueron el cuarto equipo descendido en una campaña, la pasada, que se inició con solo tres descensos fijados y en la que se cambió la normativa por el camino. Tampoco el Choco de Redondela se quedará quieto y anuncia que hará valer sus derechos adquiridos sobre el campo: en junio disputó una promoción ante el Dorneda para determinar quién ascenderá a Tercera en caso de que tanto Coruxo como Cerceda llegaran a Segunda B. Al final solo subieron los vigueses, pero el Choco ganó aquella eliminatoria y entiende que la vacante es suya.
Incluso el equipo de Santiago baraja la opción de recuperar su plaza
Un club de una parroquia de A Estrada entra también en la puja
Pero la Federación esgrime un artículo, el 195 de su reglamento general, un arreglo obtenido tras el último amago de huelga de la Asociación de Futbolistas Españoles y que determina que para reemplazar descensos por impagos los clubes con derechos deportivos logrados sobre el césped tienen que sufragar la deuda ajena. Y ahí extraen una cuenta que suma los impagados de Compostela y los murcianos del Águilas, morosos descendidos de Tercera, los divide por dos y fija en 216.693 euros el precio del ascenso, una decisión que la Asociación de Clubes Gallegos de fútbol, que agrupa a la mayoría de escuadras de Tercera y Preferente, resume en un comunicado: "Se está hablando estos días de la compra de partidos. ¿Con esta medida no estamos ante una compra de partidos encubierta? El ascenso no se produce por los méritos deportivos, sino por la compra de la plaza".
La clave, argumentan los federativos, está en que el Compostela no desaparece. Y advierten que en ese supuesto hubiera resultado beneficiado el Dorneda, de una localidad del área metropolitana de A Coruña, por pertenecer al grupo norte de Regional, como el Compostela. Un fárrago que no entiende Emilio Suárez, presidente del Dorneda, al que ni se le pasa por la cabeza pagar por ascender. "El Choco nos ganó y el derecho es de ellos. La Federaciónn debería de cursarles una invitación para jugar en Tercera", sostiene.
La invitación llegó, pero en ella se advertía que aceptarla no salía gratis. Curiosamente la misma misiva se recibió en Lalín. "Hacen lo que quieren. Hace unos años ocurrió lo mismo con el Arteixo y subió a Tercera un equipo del sur, el Caselas. Ahora han puesto la plaza a subasta", lamenta Cándido Domínguez, presidente del Choco, que ya trabaja con el abogado Miguel Juane.
Como el nuevo reglamento federativo abre el abanico del ascenso administrativo a todas las categorías, surgen actores como O Peixeiro de Cirela, José García García, un empresario que ha hecho fortuna con la exportación de pulpo y la distribución de pescado en el interior de Galicia, presidente del Estudiantil de Loimil, una parroquia de 40 casas cerca de A Estrada en la que mantiene un equipo recién ascendido a Primera Regional. Ahora le llamaron para ver hasta dónde podía llegar. "Les dije que hasta 170.000 euros y me reclamaron una petición por escrito".
A García le importa poco el destino del parné. "No pregunto, por mí como si lo quieren meter en chicles. Yo lo que quiero es jugar en Tercera", espeta. Asegura que el pasado viernes iba a enviar el escrito oficializando su oferta justo al límite del plazo, pero que entonces, sorpresa, recibió una llamada de José María Caneda, ex presidente del Compostela. "Me pidió que no entrara, que desde Santiago van a poner el dinero en los próximos días y salir en Tercera. Es mi amigo, le hago el favor y me retiro".
Así, los mismos dirigentes que no pudieron evitar un descenso al no afrontar pagos de poco más de 100.000 euros no descartan la opción de recomprar por el doble el puesto perdido. "Nada nos lo impide", apunta Roberto Gayoso, nuevo presidente del Compostela. O Peixeiro está atento. "Si no ponen ellos el dinero, lo pongo yo". Y deja una sentencia que invita a la reflexión: "Me gustaría más ascender sobre el campo que en los despachos, pero está así montado. Cuesta más llegar a Tercera que poner el dinero. En dos años lo tendría amortizado".
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