Mexicana de Aviación deja de vender billetes
"El acceso al número que usted marcó está restringido". El mensaje de la operadora no puede ser más exacto cuando se llama al número telefónico gratuito de la Compañía Mexicana de Aviación, que con 89 años de historia está viviendo tiempos tan turbulentos que la han llevado a dejar de vender, desde el miércoles, billetes para todos sus destinos nacionales e internacionales. La decisión marca el inicio de las consecuencias para el público de un conflicto que amenaza con paralizar a la aerolínea en cuestión de semanas. Mexicana concentra buena parte de los pasajeros transportados entre México y el resto del mundo.
La empresa se ha acogido ya a la suspensión de pagos en México y Estados Unidos. Su portavoz, Adolfo Crespo, señaló que la compañía va a continuar operando, pero ha suspendido la venta de billetes "porque es lo responsable con nuestros clientes". "En el caso de España, a donde hay un vuelo diario, el grupo está asociado con Iberia y con One World, volamos en código compartido, así que Iberia reconoce el billete expedido por Mexicana", dijo.
A última hora de ayer eran muy pocos los vuelos de Mexicana suspendidos. Funcionaban casi con normalidad las 64 aeronaves que realizan 220 trayectos diarios. Pero los propios directivos de la compañía no saben responder cuándo y cómo se solucionarán los problemas de la aerolínea decana de la aviación de México.
Endeudamiento
Comprada en 2005 por el grupo hotelero Posadas, los administradores señalan que desde que la adquirieron han visto caer en un 20% las tarifas de los billetes, mientras que los costes se han disparado por el encarecimiento del queroseno. Así, el negocio que originalmente costó 165 millones de dólares hoy tiene pasivos de más de 700 millones de dólares (530 millones de euros). Con ese panorama, al anunciar que la empresa estaba cercana a la suspensión de pagos, los administradores aseguraron que la única opción para salvar la compañía era que pilotos y sobrecargos aceptaran una drástica disminución de salarios y prestaciones.
El grupo asegura que los sueldos de la tripulación -que según la empresa duplican los de las compañías estadounidenses- han abierto un agujero financiero inmanejable. Ante la negativa de los trabajadores a negociar, la gerencia anunció que incluso está dispuesta a vender por un peso (seis céntimos de euro) la compañía a los sindicatos, ante la inviabilidad de cargar con el peso laboral.
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