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Reportaje:

Millet, el intermediario

La comisión parlamentaria del Palau señala que el ex presidente supuestamente desviaba comisiones por obra pública a CDC a través de varios cargos nacionalistas

Lluís Pellicer

Cien años después de que Lluís Domènech i Montaner entregara al Orfeó Català el Palau de la Música, el inmueble ya no sólo era el centro del canto coral e instrumental. Los despachos de la presidencia, que ocupaba Fèlix Millet, y de la dirección administrativa y financiera, de Jordi y Gemma Montull, hicieron las veces de gestoría particular de sendas familias, de oficina inmobiliaria y, según el dictamen elaborado por la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), de gabinete de intermediación entre adjudicatarios de obra pública y políticos. Según las conclusiones de la comisión de investigación del Parlament, que esta semana ha decidido poner en manos de la fiscalía sus conclusiones, hay indicios que apuntan a que parte de los fondos desviados iban a CDC.

- Convenios de Ferrovial. La constructora fue el principal inyector de fondos del Palau de la Música entre 1997 y 2009 con una aportación de 12,6 millones de euros. Según los documentos hallados, Millet apremiaba a sus directivos a abonar las cantidades pendientes y se quejaba de los retrasos. "Tenemos unos pagos que tú ya conoces y que tenemos que cubrir", decía por fax al ex directivo de Ferrovial Pedro Buenaventura. Y esas demandas de premura eran habituales,

Las libretas de Gemma Montull encontradas en el inmueble modernista indican que el dinero de Ferrovial ya tenía destino antes de que llegara: varias empresas que hacían campañas electorales y que trabajaban para CDC y la Fundación Trias Fargas, hoy rebautizada Catdem. Hay anotaciones al respecto de septiembre y octubre de 2004, febrero y mayo de 2005, julio de 2006, febrero de 2007 y julio de 2008. Las investigaciones han podido constatar que esos movimientos se realizaron. Es decir, constan ingresos de Ferrovial y salidas hacia esas empresas y la fundación de CDC.

- Las comisiones. El día 8 de septiembre de 2003 Fèlix Millet se reunió con el ex responsable de finanzas de CDC, Carles Torrent. Al día siguiente, Millet redactó un documento titulado con el nombre del entonces directivo del partido nacionalista. En él consta el presupuesto de las obras de la Ciutat Judicial, de 263 millones de euros, y se especifica la parte que le corresponde a Ferrovial, que tenía el 22% de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que realizaba la obra: 57,86 millones. Debajo, figura un "4%" -la cantidad que el tripartito atribuye a comisiones-, de 2,3 millones, que más abajo distribuye en dos partes: el 3,5%, que son 2 millones, y el 0,5%, que son 289.300 euros.

El nombre de Torrent aparece en otros siete documentos hallados, en ocasiones junto a cantidades de dinero y otras en comisiones, pero siempre vinculado a obra pública, como la L-9 y un nuevo pabellón en Sant Cugat del Vallès. ¿Por qué? El tripartito opina que hay indicios de que Millet actuaba como comisionista, se llevaba el 0,5% o el 1,5% del importe de la obra y el resto, hasta el 4%, se lo entregaba a CDC mediante Torrent primero y Daniel Osácar, luego.PSC, ERC e ICV apoyan esa convicción a propósito del reparto de comisiones en otra carta que salió del Palau el 8 de septiembre de 1999 -con Pujol en la Generalitat- dirigida a Carles Torrent. En ella, Millet le pide "ayuda" para que "se adjudique alguna obra a Agroman [Ferrovial]". "Estamos muy atrasados y empiezo a tener problemas", le comenta Millet. En la misiva le adjunta el proyecto de construcción de una depuradora en L'Escala donde la constructora había quedado "muy bien situada". "Perdona mi insistencia, pero, si no fuera porque estamos quedando mal, no te insistiría tanto", le reclama a Torrent.

En los documentos que señalan comisiones del 4% apareció salpicado también el histórico convergente Jaume Camps, que en un comunicado se justificó alegando que realizó trabajos como abogado para Millet. La carpeta en la que aparece citado Camps contiene una decena de expedientes sobre concursos de obra pública. ¿Qué hacían esos documentos en el Palau? "No sé qué funcionalidad debía de tener para la gestión del Palau", admitió el número dos de CDC Felip Puig en la comisión.

- Las empresas de campañas electorales. Las agendas de Gemma Montull recogen un trasvase de fondos desde Ferrovial a la fundación Trias Fargas y a tres empresas que facturaron casi dos millones de euros al Palau pero que, según los actuales gestores y los trabajadores de la entidad, nunca recibieron ningún encargo ni hicieron ninguna tarea en las instalaciones. Son New Letter y Letter Graphic -que en realidad son dos sociedades de una misma matriz- e Hispart, una filial de Stereo Rent. Las tres empresas, en cambio, trabajaron con frecuencia para CDC, a la que hacían mailing electoral y reparto de material en sus campañas electorales. Los trabajadores de New Letter y Letter Graphic que acudieron al Palau explicaron que nunca habían trabajado para el Palau y confirmaron que CiU era uno de sus principales clientes.

Los indicios de los diputados de la comisión acerca de que estas cantidades podían ir a sufragar necesidades de CDC hallaron un nuevo apoyo en un documento de abril de 2008 en el que, en una tabla, constaban los cobros a Ferrovial y, a renglón seguido, se detallaban unas partidas tituladas "pagos a Daniel". Se trata de seis salidas de dinero que la OAC avaló que se corresponden con los pagos que se realizaron a New Letter, Letter Graphic, Hispart y la Trias Fargas.

Es más, la OAC fue más lejos e identificó a "Daniel". "No se puede olvidar que la persona que firmaba los convenios como representante de la Trias Fargas era el señor Daniel Osácar", apunta el organismo, que añade que los documentos en los que consta la anotación "Daniel" se referían a comisiones que debían pagarse a la Generalitat y que Osácar era responsable de finanzas de CDC.

ERC presentó durante la comisión pagos irregulares a otra empresa que hace campañas, Altraforma. Hallaron dos facturas: la 27000061, del 15 de febrero de 2007, por importe de 69.298,40 euros, y la 27000322, del 20 de mayo del mismo año, por 61.480 euros. Los gestores del Palau indicaron que no se corresponden con trabajos realizados para la institución. ERC puso de manifiesto una curiosa coincidencia entre el número de orden de un trabajo (el 380019000178, poco dado a ser repetido) entre dos facturas, una de las cuales liquidó CDC y la otra la fundación Orfeó Català.

La trama del Vallès

La presunta trama de financiación irregular que señalan las conclusiones aprobadas en el Parlament el pasado jueves tienen otra derivada en L'Ametlla del Vallès, donde el ex presidente del Palau, Fèlix Millet, presionó al gobierno local, integrado por un partido independiente y CiU, para que se recalificaran unos terrenos rústicos de 44.443 metros cuadrados.

Según la agenda de Millet, el ex alcalde Albert Palay se reunía mensualmente -e incluso cada 15 días en algunas épocas- con el ex presidente del Palau. Los documentos hallados en el auditorio indican que Millet abonaba 250.000 pesetas cada mes (el Palau siempre funcionó en pesetas), unos 1.500 euros, al ex alcalde, mientras que un concejal de CiU, Jaume Codina, cobraba 150.000 pesetas (900 euros).

En la comisión parlamentaria, Palay negó haberse reunido con Millet, a pesar de que el diputado republicano Pere Bosch le sacó la agenda del ex presidente del Palau para recordarle que lo hizo en al menos 40 ocasiones en un año. Es más, le espetó que después de las reuniones que mantenían se registraban salidas de dinero del Palau por valor de 1.502,53 euros, con la observación "comisión A. P.", las iniciales del ex alcalde.

No sólo eso. Entre los papeles hallados hay un recibo en el que Esteve Escuer, dirigente local de CiU, certifica haber cobrado 13.000 euros, aunque él lo niega. Los documentos incluyen un presupuesto para la campaña electoral de CiU en el municipio de 2007 que asciende a 25.500 euros.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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