Mallorca se blinda contra ETA
El asesinato de dos guardias civiles hace un año ha endurecido las medidas de seguridad en la isla - La policía ya ha revisado los restaurantes atacados
La mayor bandera española que ondea en Mallorca distingue a Palmanova del resto de los núcleos turísticos de la isla. La enseña, de 40 metros cuadrados en un mástil de 20 metros, recuerda a los dos guardias civiles, Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada, asesinados por ETA el 30 de julio de 2009. Allí la banda terrorista se estrenó con sangre en Baleares y ayer se recordó en un homenaje oficial.
"Existe un antes y un después. Los terroristas dieron un salto cualitativo y pusieron sus bombas más allá del mar, que creíamos que nos amparaba", advierte el delegado del Gobierno, Ramón Socias. Los etarras, aún no detenidos ni identificados, engancharon un artefacto lapa en los bajos de un todoterreno aparcado al lado del mini cuartel de la populosa zona playera, sin cámaras ni vallas. Otra bomba, colocada en otro coche averiado, fue explosionada de manera controlada.
Una bandera de 40 metros cuadrados señala el lugar del doble crimen
Los controles de esta semana han causado atascos en las salidas de Palma
Diez días después del doble atentado mortal estallaron, sin causar víctimas, cuatro artefactos en restaurantes y locales turísticos de Palma de Mallorca. Las bombas de relojería estaban dispersas en un radio de 10 kilómetros, alrededor del palacio de Marivent, donde veranea el Rey.
Un año después, los hoteleros insulares consideran que el cierre de los cielos por las cenizas del volcán de Islandia ha tenido mayor impacto que el causado por aquel dramático episodio terrorista.
"Somos un destino seguro. Fue un hecho aislado, pero hemos cambiado rutinas y somos más estrictos si cabe. La prevención y la autoprotección se han acentuado", afirma Ramón Socias. Pero aún no todos los cuarteles insulares cuentan con inhibidores de frecuencias y circuitos de cámaras, se advierte desde las organizaciones sindicales de guardias civiles.
El cuartelillo de la Guardia Civil de Palmanova ya no funciona, solo es una oficina. El destacamento se ha ubicado provisionalmente en la moderna estación de autobuses del Ayuntamiento de Calvià. Ese cuartel está aislado, rodeado de vallas, cámaras, control de entrada y con la flota de coches en un aparcamiento cerrado y controlado.
La nueva gran casa cuartel está en obras, como otras seis en Baleares.
Calvià es un municipio con casi 60.000 habitantes -un tercio, extranjeros- y 200.000 turistas en verano. En la zona hay más de 160 guardias civiles. No se ha incrementado especialmente el operativo fijo, que en Baleares suma en verano 600 miembros de las fuerzas de seguridad.
"La policía ya pasó para revisar los baños donde ETA colocó la bomba el año pasado", explica uno de los 40 empleados de La Rigoletta, restaurante a pie de playa en la bahía de Palma que atiende a 300 comensales a la vez. La visita de los agentes abarcó cocinas, almacenes y baños. Desde mayo, la policía busca la colaboración de miles de trabajadores en establecimientos turísticos.
"Nadie se olvida de una cosa así. Los clientes lo recuerdan: ahora hace un año", manifiesta Frutos Nieto, del bar Nica de Palma, que tuvo que cerrar tres meses para rehacer el negocio. El Nica, ubicado cerca de los juzgados, reventó a causa de un paquete oculto en el falso techo del baño del sótano. Frutos cobró 90.000 euros del fondo oficial de indemnizaciones. "No es todo, pero ya está. Me cansé de llorar".
ETA obligó a incrementar los controles de seguridad callejeros, los filtros en puertos y aeropuertos. La Guardia Civil y la policía revisan decenas de miles de identidades y, en especial, las matrículas de coches que llegan a los puertos de Baleares. Esta semana, los operativos han causado más de un atasco en las salidas de Palma y se han activado alertas. Los helicópteros rastrean desde el aire y se revisan las listas de pasajeros de barcos y aviones.
Hasta nueve cámaras de vigilancia se han instalado en los juzgados de Palma. Antes no había. El jefe de seguridad del edificio comenta que hace unos días han eliminado la única papelera de la fachada.
La familia del guardia asesinado Diego Salvá celebra esta noche una misa en la catedral de Palma. Montserrat Lezaun, madre de Diego, afirma: "Tomé la decisión de perdonar y me ha hecho mucho bien".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.