El día 1 de la abolición
Cataluña vivió con calma y sin nervios la resaca de la prohibición taurina
"Hasta pasado mañana habrá entradas en taquilla porque es una corrida muy de domingo, pero el ritmo es el habitual". O sea, apenas se rozará el cuarto de entrada. Sí, anteayer Cataluña prohibió las corridas de toros en su territorio a partir del 1 de enero de 2012, pero ni eso ha alterado en lo más mínimo el termómetro taurino, por lo que la respuesta que daban ayer los responsables de la gestión de la plaza Monumental de Barcelona era ese sin novedad en el frente en la lenta agonía de la fiesta y que se reflejaba una vez más ante la corrida en la que los diestros Juan José Padilla, Curro Díez y Miguel Tendero darán cuenta el domingo de seis toros de Valdefresno.
Es el mejor ejemplo del día después de la polémica decisión en Cataluña. Los ecos de la abolición vía Parlamento quedaron relegados en segunda o tercera fila de actualidad. TV-3, la cadena autonómica, habló de ello, de la propuesta del PP de promover los toros como Fiesta de Interés Cultural, de la respuesta del presidente del Parlament, Ernest Benach, de ERC, y del torero catalán Serafín Marín. "Lo de ayer [por la votación en el Parlamento] es fuerte; me he criado en Barcelona como diestro y persona y ahora he pasado de torero importante a clandestino del toreo", constataba el matador. Y, sin mucho convencimiento, alentaba a luchar y "a que no se escondan los catalanes a los que le gusta el toreo durante este año y medio", en referencia al tiempo de legalidad que le queda a las corridas en Cataluña.
Un juez de Barcelona admitió a trámite una apelación contra los 'correbous'
Los protaurinos se dan cita el domingo en la corrida de la Monumental
El tono y el semblante de Marín, como ya mostró en el Parlamento, se mantenía ayer. Y es que para los taurinos el golpe fue muy duro, a pesar de que lo intuían. "No es lo mismo perder por cinco votos que por una diferencia holgada", admitía Luis Corrales, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Fiesta, antes del resultado de la cámara catalana (68 votos a favor, 55 en contra y nueve abstenciones). Corrales admitió a este diario que "por el momento", no habrá una respuesta del colectivo a corto plazo pero sí anunciaba ayer "un otoño caliente en todos los frentes" para abolir la prohibición. "Si la ley de protección de animales se ha modificado una vez, puede hacerlo de nuevo".
"Como acto de militancia", Corrales invitaba ayer a los aficionados a acudir a la corrida del domingo en la Monumental.
Por su parte, la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña tiene previsto reunirse a mediados de la semana próxima para planificar la estrategia. Más deprisa piensan ir en la Agrupación de Peñas y Comisiones Taurinas de las Tierras del Ebro, cuyo presidente, Miquel Ferré, considera que tras los toros son los correbous (espectáculo típico del sur de Tarragona, en el que aparecen toros, pero que no acaban con la muerte del animal) los que están en peligro, tras la prohibición de las corridas. "Ahora van a por nosotros", afirmó Ferré.
Y algo de razón deben tener porque ayer mismo el juzgado del contencioso administrativo número 6 de Barcelona admitió un escrito de apelación de la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales solicitando prohibir los espectáculos de bous embolats (toros de fuego) y los capllaçats (toros ensogados). Amén de la demostración de que el debate taurino ha tenido más tinte animalista que nacionalista como partidos como Ciutadans y PP han intentado negar, no es un tema baladí: sólo en una jornada como la de ayer, Tarragona tenía al menos cuatro municipios en fiestas donde se estaban realizando correbous: Camarles, Campredó, La Ràpita y Sant Jaume d'Enveja. "Nunca hemos dejado de ir contra los correbous; tenemos que buscar la fórmula para que los animales no sean maltratados", aclaraba ayer mismo a este diario Leo Anselmi, portavoz de la plataforma Prou! (¡Basta!), promotora de la iniciativa legislativa popular que dio origen a la abolición taurina.
Donde el día 1 después de la prohibición resultó también de normalidad absoluta fue en el ámbito político. El PP presentó ayer en el Congreso de Diputados una proposición de ley para que se proteja la fiesta de los toros "por su interés cultural y turístico". En el texto se reclama: "Cualquier cambio en el régimen especial de protección de la fiesta de los toros exigirá una ley aprobada por las Cortes Generales".
Poniéndose ya la venda, Benach, presidente del Parlamento catalán, aseguraba ante la amenaza que podría implicar esa futura ley o el posible recurso de la decisión catalana ante el Tribunal Constitucional sería "un insulto grave pasar por encima de la voluntad popular catalana". La sombra del recorte del Estatut es demasiado alargada.
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