Los chicos nuevos del medio fondo

"Esta será mi última gran competición en 1.500 metros", anuncia, solemne, Reyes Estévez, que el lunes cumplirá 34 años. "Pues para nosotros será la primera", claman, a su lado, en la gran mesa, voz de ilusión, a coro Kevin López y David Bustos, que nacieron en 1990, que tenían, pues, apenas ocho años cuando el emotivo chico de Cornellà (Barcelona) alcanzó su mayor éxito, el triunfo en los Europeos de Budapest en 1998. Entre medias, Casado, Olmedo, Marco, ni jóvenes ni viejos, el presente, que busca sus primeras medallas. Tres generaciones de mediofondistas, síntoma de la inagotable producción española en la especialidad, compartiendo campeonato por primera y última vez.

"Cuando éramos más niños, en efecto, todos queríamos ser Reyes", dicen los adolescentes. Reyes, su gran clase, su magnífica zancada, su plata en los Mundiales de Sevilla en 1999 y en los Europeos de Múnich 2002. "Y quiero despedirme a lo grande corriendo en mi ciudad", dice él.

Ahora se juntan tres generaciones, síntoma de la inagotable producción española

Kevin López, sevillano de Lora del Río, y Bustos, balear de Calvià, correrán los 800 metros en Barcelona. "Pero tenemos alma de 1.500". Y en algo ya se parecen a su hermano mayor, pues ambos fueron el año pasado campeones de Europa júnior, como Estévez lo fue en el 93 y en el 95. Luis Alberto Marco, un puritano de las dos vueltas de pista, sevillano y compañero de entrenamientos de Kevin, hace como que se indigna. No debería, sino más bien preocuparse de lo que le puede hacer su amigo. Marco, de 23 años, se siente más cercano a ellos, aunque ya ha rozado podios continentales en pista cubierta y disputado el Mundial de Berlín, pero en los últimos Campeonatos de España se vio superado por Kevin, por la tremenda capacidad explosiva de su paisano. Con él afinó su preparación la semana pasada unos días en Segovia, recordando los años en que se concentraban allí con las selecciones inferiores.

"Dicen que tienen alma de 1.500, y en el caso de Bustos es así, y lo demostró ganando el Europeo júnior de la distancia", dice Jorge González Amo, histórico mediofondista español y responsable de los jóvenes en la federación que ha seguido su evolución los últimos años. "Pero la distancia de Kevin son casi los 5.000, y a su entrenador le ha dicho que quiere correr un 5.000 este año. De hecho, como cadete y juvenil corría los 3.000 y va muy bien en el cross". Sin embargo, tal y como pasan estas cosas, poco a poco se le fue descubriendo una punta y una capacidad de generar velocidad rápidamente tremenda. "Es muy explosivo".

Aun siendo de ambientes geográficos y culturales muy diferentes, Bustos y Kevin se parecen en casi todo. "Son superaficionados al atletismo, sencillos, introvertidos, sienten muy fuertes las emociones pero no las expresan, y son muy serios", dice González Amo, quien destaca, sobre todo, el caso del chico de Lora, que eligió dejar su pueblo, a unos 70 kilómetros de Sevilla y aceptar una beca en la capital hispalense para poder tener tiempo de entrenarse y estudiar a la vez. "Y los tres, ellos dos y Marco, tienen capacidad para estar en la final de 800. Kevin, porque va a más. Tiene tanto fondo que las eliminatorias más que cansarle le preparan mejor para la siguiente carrera, David es muy competitivo y Marco sabe ver muy bien la carrera y colocarse en la pista".