Al Qaeda asegura haber matado al rehén francés
Germaneau, de 78 años, es el segundo occidental asesinado en el Sahel
La rama magrebí de Al Qaeda anunció ayer, a través de un comunicado, que había "ejecutado" el sábado a su rehén francés, Michel Germaneau, de 78 años, en represalia por el ataque que padeció la semana pasada por parte de fuerzas de élite francesas y mauritanas.
La organización terrorista, que hizo el anuncio en un audio enviado a la cadena de televisión panárabe Al Jazeera, no esperó, por tanto, a que expirase hoy lunes el ultimátum que había dado a Francia el 11 de julio para lograr la liberación de presos islamistas a cambio de la vida de Germaneau, secuestrado el 19 de abril en Níger.
"Anunciamos la ejecución del rehén francés (...) para vengar la cobarde operación de Francia", reza el texto del mensaje leído por Abu Musab Abdulqadud, uno de los cabecillas magrebíes de Al Qaeda. El presidente francés "[Nicolas] Sarkozy fue incapaz de liberar a su compatriota a través de la fracasada operación, pero, en cambio, abrió las puertas del infierno para él, su pueblo y su nación".
El grupo dice que le ha ejecutado para vengar el ataque de la semana pasada
Germaneau es el segundo, entre decenas de rehenes apresados en el Sahel desde 2003, en ser asesinado por Al Qaeda. El primero fue, en mayo de 2009, el británico Edwin Dyer, de 60 años. Él y Germaneau estuvieron en manos de Abdelhamid Abu Zeid, el cabecilla terrorista más sanguinario.
Los dos cautivos españoles, Albert Vilalta y Roque Pascual, están desde hace ocho meses en poder de otra katiba (célula), la que capitanea el argelino Mokhtar Belmokhtar, que no ha dado un ultimátum al Gobierno español.
El ataque que provocó la represalia se puso en marcha el miércoles por la noche en el noreste de Mauritania, de donde partió una unidad de fuerzas especiales francesas y de soldados mauritanos rumbo al norte de Malí. Los últimos 10 kilómetros los soldados los recorrieron a pie y de noche. Era la única manera de sorprender a los hombres de Abu Zeid.
Un par de semanas antes, las autoridades mauritanas habían comunicado a las francesas que sabían que unos "150 combatientes" de Al Qaeda preparaban en Malí, a unos 150 kilómetros de su frontera, un ataque, previsto para el 28 de julio, contra su cuartel de Basiknu, en el noreste del país, según informaron el Ministerio de Defensa francés y fuentes en la zona. La organización terrorista pretendía repetir el asalto al cuartel de Lemghety, que en 2005 se saldó con 20 soldados muertos.
Los responsables mauritanos anunciaron que intentarían abortarlo asaltando ellos el campamento de Al Qaeda. Su Ejército está siendo entrenado, desde principios de la primavera, por los Comandos de Operaciones Especiales franceses al este de la ciudad de Atar.
Poco después de que el 14 de mayo Germaneau apareciese, muy desmejorado, en un vídeo, el servicio secreto francés empezó a sospechar que podía haber fallecido. Los contactos con los terroristas habían quedado además interrumpidos. Justo antes sus últimas exigencias para liberar al rehén -la excarcelación por París del islamista Rachid Ramda- eran imposibles de satisfacer.
El presidente Nicolas Sarkozy decidió entonces que Francia ayudaría no solo a los mauritanos a desbaratar el ataque en ciernes, sino que trataría además de rescatar con vida al cautivo. Los chivatos malienses señalaban que estaba en el campamento que quería atacar Mauritania.
Los helicópteros franceses despegaron el miércoles por la noche del noreste de Mauritania para depositar a una treintena de comandos franceses y un puñado de mauritanos a unos 10 kilómetros del campamento de Al Qaeda, al que los soldados se acercaron caminando. Lo rodearon y mataron a seis terroristas que intentaron empuñar sus armas para repeler el ataque. Otros cuatro huyeron.
Aquí acabó la participación francesa, pero no la mauritana. Ya que había cruzado la frontera de su vecino, las tropas mauritanas siguieron persiguiendo a Al Qaeda por el desierto hasta el sábado. Se adentraron 200 kilómetros en territorio maliense y abatieron a un séptimo terrorista.
París y Nuakchot habían garantizado al Gobierno español que sus fuerzas no se aproximarían al campamento en el que Belmokhtar mantiene a los dos voluntarios catalanes para no poner en peligro su vida.
[El palacio del Elíseo aseguró anoche "no tener confirmación" de la muerte de Germaneau. El presidente Sarkozy ha convocado hoy un "consejo restringido de defensa y seguridad" para abordar el asunto, informa France Presse].
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