Charlín elude volver a prisión con una fianza de 30.000 euros que depositó en media hora

Cuando apenas habían transcurrido 48 horas desde su salida de la cárcel donde pasó los últimos 20 años, el narcotraficante Manuel Charlín Gama regresaba ayer a un juzgado para rendir cuentas con la Justicia. El viejo patriarca estaba preparado para lo peor, desde que recibió en prisión la citación para declarar ante la magistrada de Vilagarcía que hace dos semanas encarceló a seis miembros de su familia por blanqueo de dinero. Su alerta le permitió reunir en media hora los 30.000 euros de fianza que solicitó el fiscal antidroga.

Aunque la declaración de Charlín no ha trascendido -aún no se ha levantado el secreto de sumario-, el fiscal especial antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte, solicitó la fianza para el viejo narcotraficante alegando riesgo de fuga. Además, está obligado a presentarse cada 15 días en el juzgado número 3 de Vilagarcía, donde se instruye la causa. Cuando a Charlín se le comunicó el auto judicial, pidió "un poco de tiempo" para reunir el dinero de la fianza. Era mediodía cuando la jueza, Almudena Janeiro, y el fiscal accedieron a su petición. Media hora después, Charlín sorprendía haciendo efectivo el aval.

Los investigadores creen que el 'narco' logró saltarse los duros controles

De los hechos por los que ha sido imputado Manuel Charlin se desprende que éste, supuestamente, habría delinquido desde la cárcel, según confirmaron ayer fuentes de la investigación. En el sumario hay indicios suficientes para sospechar que, desde su celda, el patriarca participó directamente en la gestión del entramado financiero intervenido en esta operación, más de 15 millones de euros, entre patrimonio inmobiliario y depósitos de dinero en Suiza. Y todo ello pese a que durante su estancia en prisión, Charlín tenía intervenido el teléfono y el correo, dado que se trata de preso FIES (Fichero de Especial Seguimiento) y era trasladado continuamente de cárcel. Sometido a una estrecha vigilancia, aún así, Charlín habría podido dar las órdenes a terceras personas, que trabajaban como testaferros de los millonarios negocios del clan y que ha destapado la Agencia Tributaria y la Brigada de Delitos Económicos de la Policía.

No fue la primera vez que Charlín fue investigado durante su años en prisión. En la de Córdoba, supuestamente, dio órdenes a su hija Josefa para urdir el asesinato, en septiembre de 1994, del que fuera transportista de referencia del clan y luego testigo protegido en varias operaciones contra Los Charlines, Manuel Baúlo. Por este crimen finalmente pagaron con la cárcel tres sicarios.

También ayer, acudieron al juzgado como imputadas por los mismos delitos la mujer de Charlín, Josefa Pomares, y su hija Josefa, que cumple condena por narcotráfico y blanqueo de dinero en Zuera (Zaragoza). Ambas, sin embargo, se negaron a declarar. El fiscal no solicitó fianza para la matriarca del clan por entender que no existe riesgo de fuga debido a su deteriorado estado físico, aunque mantiene su imputación. Josefa Pomares salió de la cárcel hace apenas año y medio por problemas de salud. Respecto a Josefa Charlín, que cumple dos condenas, una por narcotráfico y otra por blanqueo, el fiscal también mantiene su imputación pero no solicitó fianza, por encontrarse ya en prisión. Con estas declaraciones, son 11 los imputados en la operación Repesca contra Los Charlines.

El fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, dijo ayer que pedirá medidas cautelares contra el patriarca del clan de los Charlines, Manuel Charlín Gama.