Forlán nunca se cansa
El delantero uruguayo fue nombrado Balón de Oro del Mundial gracias a su juego omnipresente: fue el ariete que más corrió y tiró 21 veces desde fuera del área
Cuando todo el mundo esperaba que el Balón de Oro, el título que reconoce al mejor jugador de la Copa del Mundo, fuera para Villa, Xavi o Iniesta, los tres españoles candidatos al trofeo, la FIFA sorprendió (o más bien los periodistas acreditados) al premiar al individualista que más trabajó por el colectivo. Diego Forlán (31 años), pichichi en Sudáfrica con cinco goles, los mismos que Müller -que repartió tres asistencias, dos más que el uruguayo-, Sneijder y Villa, se llevó el reconocimiento tras colocar a Uruguay de vuelta en las semifinales tras 40 años. "Es algo tan impresionante como inesperado. Nunca en mi vida pensé en algo así, ni jamás fue mi objetivo... Es fruto del campeonato espectacular que hizo el equipo", acertó a decir el delantero, que ayer se dio un baño de multitudes por la calles de Montevideo junto a todos sus compañeros. Aunque la celebración estaba prevista para el día anterior, el receso no menguó la fiesta.
Forlán completó 10,3 kilómetros de media por partido, más que Suárez y Podolski
Desde Romario en 1994, el galardón no ha ido a un ganador del Mundial
"Fíjese si es bueno que ha convertido al Atlético y a Uruguay, dos equipos anclados en el pasado, en dos equipos ganadores", reflexionan en la concentración de pretemporada del conjunto rojiblanco en las sierras de Segovia. Forlán respondió a las críticas por su falta de acierto en el primer tramo de la temporada con un recital en la segunda vuelta que valió la Liga Europa, ganada con sus dos goles al Fulham, y un subcampeonato de Copa. "Ya saben que alcanzo mi pico de ritmo y rendimiento con el paso de las jornadas. Llego en muy buenas condiciones, me siento cómodo y pleno, ahora entran las que antes no", contaba antes de volar a la concentración con Uruguay, donde su retraso por la doble final del Atlético alentó alguna polémica. "Es un líder y está en un muy buen momento, además de su reconocida capacidad, y sabe que este es su Mundial", le recibió con los brazos abiertos el seleccionador, Óscar Tabárez. Forlán le dio la razón fabricando una mano de goles, corriendo un maratón de kilómetros (10,38 de media, más que cualquier otro punta, 500 metros más que su protegido, Luis Suárez, y el alemán Podolski) y sacrificando su ego por el equipo. ¿Cómo? Lanzando los saques de esquina en vez de esperarlos en el área, retrasando su posición a la media punta, por detrás de Suárez y de Cavani... "Bueno, no hay problema; además, ya conozco esa posición por haberla ejercido con el Atlético, no suelo quedarme arriba esperando, participo en el juego", razona el delantero.
"¡Si hasta domó la pelota! ¿Qué haríamos sin él?", razona Luis Suárez, su pareja de baile y autor de tres goles. La mala fama del balón Jabulani, impredecible hasta para los científicos de la NASA, no amedrentó a Forlán, que realizó 21 de sus 32 remates desde fuera del área. Solo Messi, con 22, fue más temeroso. Por el contrario, nadie iguala los diez libres directos que ejecutó, como el que casi provoca la prórroga con Alemania y que escupió el larguero. "Le insistí de chiquito en que debía ser ambidiestro, casi le obligué a patear al balón con las dos piernas sin que notara la diferencia. La técnica marca las diferencias, de algo le habrá servido...", entiende don Pablo, el patriarca de los Forlán y defensa de largo recorrido. La contribución de Forlán -29 goles en 69 duelos con Uruguay, a dos del récord de Scarone, elegido oficiosamente el mejor futbolista de la Copa del Mundo de 1930, la primera- hizo de los charrúas el equipo que más veces chutó a puerta (46, lo que deja un promedio de 6,57 ocasiones por encuentro). Los 11 goles convertidos en Sudáfrica por la celeste superan los logrados en las anteriores cuatro participaciones juntas del equipo.
"Uruguay fue como Forlán, a su imagen y semejanza, de menos a más", resume el círculo del jugador, que a las dos Botas de Oro como mejor goleador de Europa añade ahora el galardón de la FIFA, que recibirá en un acto en Zúrich y que se instauró en España 1982. Entonces se lo llevó Rossi, pichichi y campeón como Maradona en 1986. Le siguieron Schilacci, goleador en 1990, y Romario, ganador del Mundial de 1994. Desde ese año los mejores jugadores del Mundial no han ganado el trofeo: Ronaldo en 1998, Kahn en 2002, Zidane en 2006 y ahora Forlán.
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