Toda la carne en el asador
Dos jóvenes chefs hacen las delicias de los famosos más carnívoros de Hollywood
De no ser porque lo suyo es la carne, John Shook y Vinny Dotolo, fundadores del restaurante Animal, podrían ser pescadores. Esa fue su técnica para ganar clientes: pescarlos por el estómago sirviendo comidas a domicilio o cocinando para los famosos hasta lograr que los comensales vengan a ellos en un pequeño local de Los Ángeles.
Si no te fijas, pasas de largo, porque no hay cartel en la puerta de un recinto minimalista pero siempre hasta la bandera. Lo importante es la comida y en Animal la carne está en el asador. Literalmente. Descrito como la decadencia hecha carne, estos cocineros que rondan los 30 años y se conocieron en la escuela de cocina de Fort Lauderdale, en Florida, son carnívoros con todas las letras con un menú que empieza con tostadas de higaditos de pollo, tuétano con chimichurri y cebollas caramelizadas, oreja de cerdo con huevo frito y salsa picante o rabo también de cerdo "estilo Buffalo", y acaba con esa barrita crujiente de chocolate y beicon con crema. No hay animal comestible que no tenga lugar en el menú, y tanto Shook como Dotolo sacan jugo a cualquiera de sus partes, algo que quizá no sorprende al español, pero al estadounidense le deja extasiado. Como se quedó Harrison Ford cuando, a través de su hijo, el también chef Ben Ford, conoció a este par de cocineros en ciernes que en aquel entonces se ganaban la vida como pintores de brocha gorda. Indiana Jones fue el primer famoso en hacerse adicto a su cocina, pero no el último. De hecho, Benedikt Taschen, editor de los libros de arte que llevan su apellido, y su esposa Lauren se quedaron tan impresionados por el servicio de comidas a domicilio de Shook y Dotolo que financiaron ese restaurante que hoy se llama Animal. "El nombre viene de que nuestra comida es excesiva e indulgente", reconocen cual lema. Cosas de las que huyen: las maquinillas de afeitar, las batas blancas de chef y la pimienta. Cosas que les atraen: los huevos de codorniz fritos con beicon, acelgas y jugo de arce, el alioli que Vinny hace a mano y el pan tostado con puré de patatas y jugo de carne de John. Platos con el sello Animal con que atraen a clientes como Matt Groening, que luce una barriga tan animal como la de su personaje más conocido, Homer Simpson.
"El nombre Animal viene de que nuestra comida es excesiva e indulgente", dicen
Barato, lo que se dice barato, no es, con unos precios de unos 24 euros de media por plato, a lo que hay que añadir bebida, impuestos y esa propina obligada llamada servicio que tanto molesta a un español en un restaurante estadounidense. El acceso tampoco es tan sencillo en un local con 45 asientos que hay que reservar por adelantado y otros siete lugares en la barra disponibles con el mismo menú para el primero que llegue. Pero, como dicen sus fundadores, se trata de una cocina pequeña llena de amor. Y, como dice su clientela, la experiencia merece la pena.
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