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Reportaje:

El arduo negocio del aceite

Las almazaras de Jaén copan los premios de calidad, pero los bajos precios amenazan la viabilidad del sector

Ginés Donaire

Los mensajes de la Administración insisten una y otra vez en que el futuro del sector debe estar ligado a la calidad. Y así lo han entendido desde hace tiempo un buen número de almazaras de la comunidad que hacen de la calidad su principal seña de identidad. Solo en la provincia de Jaén, zona olivarera por excelencia, hasta seis aceiteras privadas han copado este año los principales premios nacionales e internacionales. Sin embargo, la paradoja es que conforme llegan esos galardones la viabilidad de las almazaras se encuentra seriamente amenazada por las bajas cotizaciones del aceite de oliva virgen extra.

"Hoy, producir calidad no es negocio y si seguimos así muchos tendremos que cerrar", advierte José Vico, gerente de Potosí 10, una aceitera privada de la Sierra de Segura que fue pionera en el envasado de aceite de máxima calidad, galardonada los tres últimos años con el Premio del Ministerio de Medio Ambiente y, este año, con el del Consejo Oleícola Internacional en la categoría de frutado verde. La obtención del mejor aceite posible obliga a estas industrias a adelantar la campaña de recolección, molturar de inmediato y realizar la extracción en frío, un proceso que incrementa notablemente los costes. Así, adelantando la recogida a noviembre se requieren unos 10 kilos de aceituna para cada litro de aceite, el doble de si se hace un mes después.

"La rentabilidad es más importante que los premios", dice un empresario
La diferencia de precio con el aceite de peor calidad se acorta cada vez más

Los rendimientos son menores, aunque a cambio se obtiene un aceite de las máximas cualidades organolépticas. "Es un esfuerzo muy grande que sólo pueden acometer las almazaras privadas", sostiene Teodosio Sánchez, de la Asociación de Envasadores de Aceite (Apeva). Pero ocurre que el precio actual del aceite de oliva virgen extra apenas supera los dos euros por kilo y, lo más preocupante, el diferencial con el aceite lampante (el de peor calidad) se acorta cada vez más. "Los premios son importantes, pero lo es más vender nuestro aceite a precios con rentabilidad", apunta José Miguel Sabalete, de Aceites San Antonio, medalla de plata en la categoría de frutado medio en Los Ángeles (Estados Unidos).

También la Sectorial Andaluza del Aceite de Oliva Virgen con Denominación de Origen, reunida en Córdoba el pasado viernes, ha pedido a la Administración que realice "una apuesta decidida de apoyo a la calidad del aceite de oliva virgen extra". Además, hace un llamamiento "para intensificar los controles sobre el comercio, para verificar no sólo la calidad, sino también los precios sospechosamente bajos que imperan, y que provocan un deterioro creciente de la calidad de los aceites existentes en el comercio, así como de la producción en su conjunto, al no resultar rentable producir aceites de oliva vírgenes de calidad".

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De igual manera, consideran necesario controlar "las campañas de publicidad engañosa que se están detectando en diferentes medios, que provocan confusión en el consumidor y un deterioro, de incalculables dimensiones, del concepto que el consumidor tiene de los aceites de oliva vírgenes extra españoles". Los productores critican que en las campañas oficiales de promoción, tanto del ministerio como de la Junta, se resalte el término aceite de oliva, y no el de aceite de oliva virgen extra, que es el principal distintivo de calidad. "Las promociones con dinero público no se decantan por la calidad", se queja Vico.

Mientras, la Consejería de Agricultura ultima con las organizaciones agrarias y la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (Faeca) un Plan de Calidad del Aceite de Oliva. "La situación es grave y su repercusión en la renta agraria es importante, de ahí las actuaciones necesarias para la calidad y la concentración de la oferta", ha señalado la consejera, Clara Aguilera.

Con todo, los productores de virgen extra creen que la crisis no está influyendo en la pérdida de clientes por la fidelidad de éstos. "Hemos logrado un cambio cualitativo importante; Jaén es hoy la provincia donde se hace el aceite con mayor calidad y tenemos que aprovechar ese hecho diferencial", subraya Francisco Vañó, gerente de Castillo de Canena. Esta empresa, elegida en Estados Unidos como uno de los tres mejores aceites extra vírgenes del mundo, acaba de firmar un acuerdo para comercializar sus productos en los 50 estados del territorio norteamericano con un importador único, lo que permitirá a la compañía incrementar sus ventas en aquel país en un 40% el próximo año.

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