Industria prohíbe cualquier tipo de actividad en la cantera de Zallobenta
A la consejería de Industria se le ha acabado la paciencia con la cantera de Zallobenta, ubicada en el límite del parque natural de Urkiola. El Departamento de Bernabé Unda ha comunicado a los dueños la prohibición de cualquier tipo de actividad, incluso trabajos auxiliares como los de la hormigonera, hasta que antes de un mes presenten un plan de abandono de las instalaciones.
La decisión se ha adoptado tras las quejas de los vecinos de Mañaria, municipio donde se ubica la explotación, sobre la actividad de la cantera, donde ha habido un aumento de los trabajos tras la orden del pasado día 30 que obligaba a los dueños de Canteras y Hormigones Zalloventa la "inmediata paralización de la actividad extractiva". Industria ejecutaba así la sentencia firme del Tribunal Supremo, del pasado junio, y que cerraba 12 años de litigios, que declaraba ilegal las autorizaciones concedidas por los anteriores equipos de Industria, dirigidos por el PNV, por afectar al parque de Urkiola.
La actividad en Zallobenta ha proseguido desde entonces, algo que en principio no contravenía la orden de Industria siempre que sea para la regeneración de la cantera. Pero el aumento de la actividad ha llevado a la consejería a la drástica decisión.
Plan de abandono
Desde 2000, un decreto del Gobierno obliga a las empresas a acometer proyectos de restauración de las canteras al tiempo que los de explotación, con el propósito de asegurar la regeneración ambiental una vez que dejen de funcionar. La norma incluye un aval, que en el caso de Zallobenta es el máximo impuesto a una cantera en Euskadi, con 1,6 millones de euros.
Antes de un mes, la empresa debe presentar al Departamento de Bernabé Unda un plan de abandono y desmantelamiento de las instalaciones, que debe ser aprobado. Además, debe adaptar el proyecto de restauración del área que estaba explotando. La ley de canteras obliga a la regeneración de estas instalaciones cuando se acerca el final de la explotación para mitigar el impacto paisajístico.
Zallobenta está inmersa desde 1998 en pleitos judiciales y su actividad ha sido reprobada igualmente por el Parlamento y las Juntas Generales, que han exigido su cierre.
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