Los Charlines amasaron la fortuna intervenida ahora en sólo tres años
La juez toma declaración a 11 de los detenidos en una intensa jornada
Los 14 detenidos en la última operación contra el blanqueo de dinero comenzaron ayer a declarar ante la juez de Vilagarcía que dirige las investigaciones que imputan varios delitos a la familia Charlín. Los interrogatorios a 11 de ellos se prolongaron a lo largo de todo el día y al cierre de esta edición aún no habían terminado. Está previsto que la juez cite también ahora al patriarca del clan, Manuel Charlín Gama, a su esposa, Josefa Pomares, y a su hija Josefa Charlín.
Por los juzgados pasaron ayer Teresa Charlín y su sobrina, Noemí Outón, hija de Josefa Charlín, actualmente en prisión, al igual que los abogados Roberto Adán Allo y Santiago Docampo, presuntos testaferros de la familia en operaciones de blanqueo y en subastas de bienes ya embargados por la Justicia, como es el caso del cocedero Sochar, SL, en A Illa de Arousa.
Está previsto que el patriarca y su esposa también sean citados
Natalia Somoza, hija de Teresa Charlín, declaró por la tarde. A continuación pasaron a disposición judicial Manuel Charlín Pomares, junto a sus hermanos Melchor y Óscar. A los detenidos se les imputan delitos por blanqueo de capitales, alteración del precio en concursos públicos y subastas, estafas y delitos contra la Hacienda Pública.
La mujer y el hijo del constructor Ramón Rodríguez Paz fueron detenidos. La policía irrumpió en su domicilio para esposarles y están acusados de un delito de atentado contra la autoridad. Asunción Caamaño y Alberto Cacabelos, empleados de una de las empresas familiares de Los Charlines, quedaron en libertad.
Según los resultados de la operación Repesca, en los últimos tres años la familia Charlín se hizo con un abultado patrimonio de origen desconocido. Por el momento, la investigación de la brigada de Delitos Económicos de la Policía y de la Agencia Tributaria ha podido descubrir 15 millones de euros en inmuebles y dinero en efectivo depositado en bancos suizos.
El punto de partida de esta insólita recuperación del clan más hostigado por la Justicia, es el 20 de marzo de 2007, cuando la familia al completo -excepto Teresa Charlín- fue condenada en firme a penas de 100 años de prisión, 20 millones de euros en multas e indemnizaciones y embargos al que aparentemente era todo su patrimonio.
Manuel Charlín Gama, al que el Tribunal Supremo consideró como "dirigente intelectual" del dinero que blanqueó la organización, dijo en el juicio que el famoso cocedero Charpo "fue una máquina de hacer dinero, gracias al esfuerzo familiar". El patrón del clan explicó que "allí trabajaba toda la familia y no se montó de golpe, ni a base de meter millones, es el fruto del trabajo de mucho años", se defendió.
Su hija Josefa Charlín, también en prisión por narcotráfico y blanqueo de dinero, lloró ante el tribunal de la Audiencia Nacional al que pidió que no juzgasen a la familia por el apellido. "Mi único problema es que trabajé como una negra y como una trabajadora honrada que nunca se ha dedicado a temas de drogas", afirmó.
Todo aquel patrimonio fue levantado en apenas una década, intervenido en octubre de 1995 por la Audiencia Nacional y valorado en 30 millones. El ahora embargado preventivamente se supone que se vertebró desde 2007, lo que indica que en sólo tres años lograron dar salida a un dinero oculto a través de la compra de 58 inmuebles. Casas y pisos que los detenidos fueron adquiriendo en Padrón, Vilagarcía, Cambados, Vilanova o Pontevedra, además de una finca en un polígono industrial de Córdoba y una parcela en Redondela.
La policía efectuó más de 14 registros, en empresas y domicilios de los detenidos. Los agentes se incautaron de ordenadores, documentación, dinero en efectivo, joyas y dos escopetas.
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