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MODA

Dos italianos en París

Giorgio Armani y Riccardo Tisci se encuentran en la imposible búsqueda de la perfección

Eugenia de la Torriente

Dos italianos viscerales, separados por más de 40 años y exhibiendo con orgullo la sensibilidad de su respectiva generación. Dos hombres que, a pesar de su dispar experiencia, llevan el mismo tiempo en la alta costura. Un lustro. Ayer en París, las colecciones para el próximo otoño de Giorgio Armani, de 75 años, y Riccardo Tisci, de 36 y diseñador de Givenchy, demostraron que la belleza de este oficio reside en la lucha contra un imposible: la búsqueda de la perfección.

Dado que Giorgio Armani se ha convertido en el insospechado diseñador oficial de Lady Gaga, muchos esperaban un catálogo de ocurrencias para la joven diva. Por el contrario, se encontró a sí mismo con una colección diurna y madura. Perfeccionista en cada pliegue y en sutiles variaciones del marrón, que van del galleta al wengé. Trajes que arropan el cuerpo con la ternura de una manta y faldas hechas para caminar demuestran su autoridad para encontrar poesía en lo pragmático.

No hay una gota de negro en el homenaje a Frida Kahlo de Givenchy

La colección de Riccardo Tisci para Givenchy cambió el desfile por una presentación. Tres salones del siglo XVIII en la Place Vendôme trataban de compensar la suntuosidad perdida, pero no era su tarea. La responsabilidad debía recaer -y recaía- en los diez vestidos que contenían. Tisci alega que no le empuja una razón económica, sino que persigue una intimidad que permita apreciar la minuciosa ejecución. Sea o no cierto, el tiempo se detiene ante un vestido con más de 900 horas de trabajo, serpenteado por alabastro, cristales y perlas atrapados en intestinos de tul blanco.

El erotismo, la religión y la fascinación por la muerte que definen el trabajo de Tisci encontraron un vehículo perfecto en su homenaje a Frida Kahlo. La obsesión por la anatomía de la mexicana (de la que ayer se celebró el 103º aniversario de su nacimiento) crea chaquetas blancas cuyo relieve de encaje recorre vértebras y costillas o vestidos transparentes con un esqueleto de Chantilly sobre la piel. Las supersticiones latinoamericanas inspiran calaveras incrustadas en riquísimos bordados. Pero no hay una gota de negro en esta luminosa celebración de la carne y de lo que significa no estar muerto.

De izquierda a derecha, modelo con un diseño de Armani y dos creaciones de Riccardo Tisci para Givenchy.
De izquierda a derecha, modelo con un diseño de Armani y dos creaciones de Riccardo Tisci para Givenchy.

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